Bogotá. EFE. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) perpetraron ayer un atentado con carro bomba en el departamento del Huila, en el sur de Colombia, y dejó un saldo final de un muerto y 10 heridos, informaron ayer fuentes policiales.
El coronel Flavio Mesa, comandante de la Policía en el Huila, indicó a la emisora La FM que el fallecido fue el conductor de la camioneta de servicio público en la que los guerrilleros de las FARC colocaron los explosivos.
“Hay además 10 heridos: nueve policías, varios de ellos graves, y una mujer de 42 años que está fuera de peligro” , según expresó Mesa.
El atentado se produjo el martes en la población de Vegalarga, donde el vehículo explotó frente a la sede policial del municipio.
Por su lado, RCN Radio indicó que, según versiones preliminares, el vehículo se movilizaba por el centro de la población y fue abordado por un grupo de hombres, presuntos guerrilleros, que hicieron bajar a los ocupantes y procedieron a instalar los explosivos.
En un principio, el ministro colombiano de Defensa, Rodrigo Rivera, sostuvo que la explosión había provocado un número no precisado de víctimas mortales, puesto que se creía que en la camioneta viajaban más personas.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, condenó anoche el atentado, al calificarlo como un “acto de cobardía y una muestra del desespero” de las FARC.
La Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), afín a las FARC, alertó en su página de internet de que “se presagia un fin de año intenso en el que los rebeldes se alistan para golpear con contundencia a las Fuerzas Militares”.
El mandatario Santos sostuvo hace unos días que, según información de inteligencia, las FARC estarían preparando ataques para vengar la muerte de su jefe militarVíctor Julio Suárez Rojas, alias Jorge Briceño Suárez o Mono Jojoy , quien perdió la vida en una operación conjunta de las fuerzas de seguridad en jefe militar de esa guerrilla, muerto en un bombardeo a su campamento en setiembre.
La semana pasada diferentes acciones de las FARC se cobraron la vida de 20 policías, en lo que analistas consideran que los rebeldes han vuelto a la estrategia de la “guerra de guerrillas” de antaño.