Tikrit, Iraq. AFP. Al menos 50 personas murieron y 150 quedaron heridas ayer en Tikrit, al norte de Bagdad, cuando un suicida activó su cinturón de explosivos en medio de un grupo de reclutas de la Policía.
Este atentado, que no fue reivindicado, refleja los problemas que tienen las fuerzas iraquíes para garantizar la seguridad en su país, a menos de un año del retiro previsto de los últimos 50.000 militares de Estados Unidos en Iraq.
Los reclutas estaban cerca de esta oficina de reclutamiento del centro de Tikrit, a 160 km al norte de Bagdad, con la fin de entrar en la Policía, cuyos agentes en el país rondan los 440.000 hombres.
En determinado momento en la mañana, un suicida activó su cinturón de explosivos en medio de los reclutas, según testigos.
“Cincuenta personas murieron y 150 resultaron heridas”, declaró un responsable del ministerio del Interior que solicitó el anonimato.
El sector del atentado fue cerrado por las fuerzas de seguridad, mientras las ambulancias siguieron en el área varias horas después del ataque trasladando a las víctimas hacia un hospital de este antiguo bastión del expresidente Sadam Husein, ejecutado en 2006.
Este fue el atentado más mortífero después del ataque en plena misa de la iglesia siríaca católica de Bagdad el 31 de octubre. Esa acción, reivindicada por el Estado Islámico en Iraq, la rama local de al-Qaeda, dejó 53 muertos.