Lima. AFP. Perú vive una controversia política sobre la influencia que tendrían algunos asesores sobre el presidente Ollanta Humala, entre ellos, el argentino Luis Favre.
La presencia de Favre suscitó críticas en sectores de oposición, que lo acusan de acumular un poder excesivo, y ha generado incomodidad en personajes del oficialismo que no ocultan su malestar por el trabajo que estaría haciendo y el salario que estaría recibiendo.
El caso saltó a la luz en últimos días tras un enfrentamiento verbal entre Favre y el sociólogo Carlos Tapia, quien integraba el ala izquierdista del Gobierno y debió renunciar al cargo de asesor del primer ministro, Salomón Lerner, el viernes pasado.
Tapia, que fue muy cercano a Humala desde la campaña electoral del 2006, acusó a Favre de presionar por su salida y, en una carta pública, advirtió que “es muy peligroso que un asesor extranjero tenga tanta influencia en el presidente”.
La disputa llegó hasta Twitter, donde el asesor presidencial dijo, aludiendo a Tapia, que “la calumnia y la mentira son lo propio de pusilánimes y traidores”. A su vez, Tapia respondió: “¿Por qué y para qué se queda Favre? Es que de pronto descubre que ama al Perú?”.