América Latina explora sus raíces africanas

La ONU declaró 2011 el Año Internacional de los Afrodescendientes

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África ha dejado su marca a lo largo de los siglos en el planeta. En un reconocimiento a su importancia la Organización de las Naciones Unidas declaró el 2011 el Año Internacional de los Afrodescendientes.

Desgraciadamente la declaratoria es un reconocimiento de la comunidad internacional de que decenas de millones de personas viven una ciudadanía limitada, sin pleno acceso a derechos humanos básicos y viviendo en la pobreza.

Debido a que América Latina alberga un poco más de la tercera parte de los 150 a 200 millones de afrodescendientes que hay, la Secretaría General Iberioamericana (SEGIB) organizará un encuentro conmemorativo en la región que tendrá lugar en noviembre en la ciudad de Salvador de Bahía, Brasil.

Juca Ferreira, embajador Especial de la SEGIB para la conmemoración del Año Internacional de los Afrodescendientes, hizo ver que la mayoría de los países latinoamericanos tienen una realidad mestiza.

Este hombre, de tez rojiza e intenso verbo, explicó que él es de la ciudad donde tendrá lugar la reunión regional, y que allí casi el 90% de la población es afrodescendiente y creció en un ambiente en el que su influencia está presente en todas partes.

“Allí solo el embajador de Suecia no es afrodescendiente”, aseveró jocosamente.

Ferreira se encuentra en una gira de la SEGIB, junto al uruguayo Pablo Pascale, por 11 países de la región para desarrollar talleres sobre la afrodescendencia y escuchar las necesidades e inquietudes de la población para integrarlas en la agenda de la actividad de noviembre.

Las actividades en la gira regional están enfocadas a los dirigentes de movimientos sociales, académicos y sindicalistas relacionados con los afrodescendientes.

El funcionario explicó que en muchos casos esa población está “invisibilizada” debido a la carencia de censos y estadísticas que reflejen su situación específica.

“Sí hay una integración”, explica el sociólogo brasileño, “pero con desigualdad”.

Para Ferreira, Brasil es el país que más ha avanzado en la integración. Y no es para menos, el 53% de su población es afrodescendiente.

“Quien no considere a los afrodescendientes está dejando de lado a un grupo muy grande”, aseveró.

Explicó que en su país la economía tomó consciencia de su importancia y que ahora se ofrecen productos específicos como cosméticos, ropa y alimentos.

Aún así, el 71% de los brasileños que viven en la pobreza extrema son negros. La mitad de los más pobres son menores de 19 años y casi el 60% vive en el noreste del país.

Acciones. Lograr la integración plena de todos los sectores requiere acciones concretas. Por ello, la ONU aboga por un pacto de 10 años en el que se fortalezcan las relaciones interétnicas a través de un buen acceso a la justicia y el combate a la discriminación y el racismo.

También se debe abogar por una mejor representación política de este amplio sector de la población.

Para el funcionario de la SEGIB, en este esfuerzo integrador las mujeres deben ocupar un lugar destacado. La razón es que ellas pueden sufrir una triple discriminación tanto por género, raza y condición económica.

Los jóvenes también requerirán de atención específica pues son particularmente vulnerables a la violencia.

Para ello, la educación es un elemento fundamental para la aceptación de todos los grupos, así como la correcta participación de los medios de comunicación para no reproducir la discriminación.

“La democracia está permitiendo que ese crecimiento económico incorpore a millones de personas. Se está llegando a una segunda etapa en donde no basta con tener dinero en el bolsillo, la gente quiere tener cultura, acceso a educación, poder viajar”, comentó.

“Tenemos que tener un proyecto que articule el conjunto de las dimensiones sociales para que seamos un continente feliz”, dijo.