Amenazas no detuvieron ímpetu electoral en Pakistán

Cerca del 60% de los ciudadanos salió a votar, una cifra histórica

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Islamabad y Lahore aFP Las elecciones legislativas celebradas ayer en Pakistán tuvieron una participación cercana al 60%, a pesar de ataques terroristas que dejaron al menos 22 muertes.

La cifra fue brindada por la Comisión Electoral, órgano encargado del escrutinio de los votos.

Según encargados de las votaciones, se trata de la participación más alta desde 1977. En las últimas elecciones de 2008, esta cifra llegó al 44%.

Más de 86 millones de personas estaban habilitadas a votar para designar a 342 diputados y a representantes en cuatro asambleas provinciales, en unas elecciones que estuvieron manchadas por amenazas terroristas y acusaciones de fraude.

Estas elecciones históricas permitirán a un gobierno pasar el mando a otro, después de haber culminado un mandato de cinco años, en un país marcado por una historia de golpes de Estado.

Elecciones y violencia. El ex primer ministro pakistaní, Nawaz Sharif, reivindicó la victoria de su partido, dejándolo en posición de formar el próximo gobierno como primer ministro para un histórico tercer mandato.

En los anteriores comicios, en 2008, resultaron electos partidos progresistas y laicos, pero ahora la ventaja la obtuvo el partido centroderechista Liga Musulmana (PML-N), de Sherif.

Nawaz Sharif, un magnate del acero en Pakistán, ya fue primer ministro en dos ocasiones durante la década de 1990.

Su primer mandato fue entre 1990 y 1993, hasta que cayó por corrupción, y su segundo entre 1997 y 1999, cuando fue derrocado por un golpe de Estado militar.

El Movimiento por la Justicia (PTI), de la exestrella de cricket Imran Khan, y el Partido del Pueblo Pakistanés (PPP) de la familia Bhutto, aceptaron la derrota.

El Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP), opuestos al proceso democrático por considerarlo “no islámico”, había anunciado desde el viernes una cascada de ataques para el día de la votación.

Sin embargo, la magnitud de los ataques rebeldes fue limitada, en comparación con la ola de violencia prevaleciente en la zona.

Más de 130 personas murieron durante esta campaña electoral, considerada por los observadores como la más mortífera de la historia del país.

Sharif apoyó la idea de dialogar con los talibanes para intentar poner fin a la violencia y criticó los disparos de drones estadounidenses en el norte del país, pero no definió como mejoraría su relación con EE. UU.