Alto costo de educación universitaria asfixia a Chile

Estudiantes regresaron a las calles esta semana para exigir reformas

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Santiago. AP. Cristóbal Steffens ha comenzado a perder el cabello a causa de los nervios ante la presión de un banco que quiere rematar la casa familiar porque su padre no pudo pagar las cuotas de un préstamo con el que estudió veterinaria.

Como la de Steffens, medio millón de familias chilenas están endeudadas por pagar una carrera universitaria a sus hijos, que en el pasado era una herramienta de movilidad social y ahora una fuente de problemas y temores.

El elevado costo de la educación universitaria, que obliga a endeudarse, y otras exigencias como gratuidad y mayor calidad en la educación llevaron el miércoles de regreso a las calles a miles de estudiantes universitarios y secundarios que rechazan las propuestas planteadas por el Gobierno derechista del presidente Sebastián Piñera.

Concluida la marcha, en la que participaron unas 100.000 personas según los organizadores, un puñado de jóvenes que cubrieron sus rostros lanzaron piedras y otros proyectiles a la Policía, que los dispersó con chorros de agua.

Gabriel Boric, presidente de los estudiantes de la Universidad de Chile, advirtió al Gobierno que “vamos a seguir siendo rebeldes, porque el movimiento estudiantil no se va a conformar con que se hayan corregido algunos excesos. Nosotros queremos corregirlo todo”.

Entre los manifestantes, se encontraba Marcela Droguett, profesora de 50 años, divorciada, cuyos tres hijos estudiaron con préstamos y que debe unos $100.000. Ella explicó que por el atraso de los pagos de los préstamos, sus bienes han sido anotados en varias ocasiones por receptores judiciales, paso previo para que se los quiten.

El ministro de Educación, Harald Beyer, aseguró el miércoles que no cederán a las demandas de los estudiantes.

Chile tuvo una política de gratuidad universitaria en la década del 60 y la evaluación de esa política fue bastante negativa. Los gobiernos de centroizquierda crearon los préstamos vigentes.

Beyer precisó que del millón de universitarios, 500.000 están endeudados con algún tipo de préstamo. Más de 110.000 están morosos y figuran en una lista nacional de deudores que les impide contraer otras deudas y miles corren riesgo de perder sus hogares.

“Como no teníamos otra opción para estudiar sacamos este crédito y por poco nos embargó la vida completamente”, dijo Steffens. Su padre, Gustavo, de 67 años, ya pagó el equivalente a $26.000, pero aún debe otros $28.000.