Irak (AFP). Siete personas, en su mayoría policías, murieron el lunes en un atentado suicida con camión bomba contra la sede de la policía en Tikrit, a 160 km al norte de Bagdad, informaron una fuente policial y un médico del hospital de la ciudad.
Este atentado no fue reivindicado, pero los insurgentes sunitas, incluyendo a al-Qaeda en Irak, atacan regularmente a la comunidad chiita, mayoritaria en el país, así como a las fuerzas de seguridad, con la esperanza de desestabilizar al gobierno del chiita Nuri al Maliki.
El ataque dejó también 11 heridos, en su mayoría policías. El kamikaze hizo explotar un camión cisterna repleto de explosivos frente al cuartel general de la policía en el centro de Tikrit, la capital de Salahedin, una de las provincias más inestables de Irak.
Este atentado tuvo lugar en un contexto de gran tensión cuando faltan menos de tres semanas para las elecciones provinciales en 12 de las 18 provincias iraquíes.
El número de personas muertas en ataques o enfrentamientos en Irak ha aumentado con fuerza en el mes de marzo, para llegar a los 271, el balance más elevado desde agosto pasado (278 muertos). En febrero 220 personas resultaron muertas.
Con más de 900 heridos solamente en marzo, este rebrote de violencia demuestra la crónica inestabilidad que padece el país 10 años después de la invasión dirigida por Estados Unidos.