Al menos 12 muertos en Iraq tras atentado a la salida de una mezquita

En setiembre, la ONU dio un balance de casi 1.000 muertos y más de 2.100 heridos y advirtió del peligro de represalias entre sunitas y chiitas

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Kirkuk

Doce fieles murieron este martes en un atentado a la salida de una mezquita de Kirkuk, en el norte de Iraq, en el primer día de la Fiesta del Sacrificio o Aid al Adha, la más importante fiesta musulmana, en un contexto de creciente violencia en el país.

Otras 26 personas resultaron heridas en el atentado, informó la policía y un médico al comienzo del Aid al Adha, también conocida como fiesta del cordero.

La bomba estalló a las 7:55 a. m. hora local en medio de una muchedumbre de fieles delante de la mezquita sunita de Al Qods, en el sur de Kirkuk, la capital de la provincia que lleva el mismo nombre donde conviven kurdos, árabes, turcomanos, sunitas y chiitas.

Un fotógrafo de la agencia de noticias AFP vio como un vehículo de la policía evacuaba cuerpos ensangrentados.

"¡Que Dios se vengue de los malévolos!", gritaban los fieles enfurecidos.

Con motivo del Aid al Adha, el emisario de la ONU, Nickolay Mladenov, hizo el lunes un llamamiento a la unidad en Iraq. "Para esta ocasión y en este momento crucial, quisiera abogar por la unidad y la comprensión entre todos los iraquíes y sus dirigentes políticos, religiosos y civiles".

El país vive desde el comienzo del año un aumento de la violencia con un bloqueo político como telón de fondo que, según los expertos, podría prolongarse hasta las elecciones legislativas previstas en 2014.

Hay atentados a diario y los balances de los últimos cuatro meses se parecen peligrosamente a los de 2008, cuando el país salía a duras penas de un conflicto entre sunitas y chiitas con tintes de guerra civil.

Los balances mensuales oscilan entre 800 y 1.000 muertos pese a la cantidad de operaciones llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad en los últimos dos meses.

En setiembre, la ONU dio un balance de casi 1.000 muertos y más de 2.100 heridos y advirtió del peligro de una espiral "infernal" de represalias entre sunitas y chiitas.

Cualquier lugar donde se congregue mucha gente puede ser blanco de atentados en Irak , como las mezquitas, los campos de futbol, las bodas, los entierros e incluso los lugares protegidos por dispositivos de seguridad draconianos, como las cárceles.

Este último atentado eleva a más de 310 el número de muertos desde el comienzo de octubre, según un balance elaborado por la AFP con fuentes policiales y médicas. La cifra de víctimas mortales en atentados, ataques y otros actos violentos superó los 5.000 en lo que va de año.

Según la ONU, 5.000 personas tuvieron que dejar sus hogares este año debido a los "ataques y tensiones confesionales".

Los expertos consideran que el aumento de la violencia tiene como objetivo fomentar el conflicto confesional y desestabilizar el país, diez años después de la invasión estadounidense que derrocó al presidente Sadam Husein.

Y coincide con el creciente descontento de la minoría sunita (en el poder bajo el régimen de Husein) con el gobierno controlado por los chiitas, al que acusa, entre otras cosas, de multiplicar los arrestos arbitrarios.

La ONU y numerosos diplomáticos pidieron al gobierno del primer ministro chiita Nuri al Maliki que adopte reformas para no marginar todavía más a los sunitas porque en caso contrario podrían acabar integrando grupos fundamentalistas.

Pero en respuesta a la violencia, el gobierno ha intensificado una campaña contra los insurgentes sunitas con numerosos arrestos.

El bloqueo político junto con una corrupción endémica y las fallas de los servicios públicos contribuyen a alimentar la inestabilidad en el país.