Bagdad
Al menos once personas murieron el lunes en nuevos ataques en Irak, seis de las cuales fueron secuestradas en su domicilio y luego ejecutadas, indicaron fuentes militares y policiales.
En Tarmuyah, una ciudad de mayoría sunita al norte de Bagdad, hombres armados, vestidos con uniforme de policías, atacaron varias casas y aseguraron llevar a cabo una operación de seguridad, informan la policía y responsables del ministerio del Interior.
Los asaltantes secuestraron entonces a seis hombres, cuyos cuerpos fueron encontrados unas horas después tirados en una calle fuera del barrio, según una fuente de Seguridad.
Un hospital local confirmó haber recibido los cuerpos y precisó que todos tenían heridas de arma de fuego.
En la provincia de Niniv, en el norte del país, otros hombres armados mataron a dos guardias de cárcel y a dos civiles en ataques separados.
Una bomba colocada junto a la carretera dejó un muerto al sur de Bagdad.
También en el sur, una explosión dirigida aparentemente contra una fundación de Basora encargada de gestionar los lugares de culto sunitas dejó una persona herida.
La ciudad de Basora se encuentra sin embargo en una de las zonas iraquíes menos afectadas por la reanudación de la violencia.
Pero el país vive de nuevo el nivel de violencia que conoció en 2008. Desde principios de 2013, más de 3.600 personas han muerto en ataques, según un balance realizado por la AFP a partir de fuentes médicas y de seguridad.
Según expertos y de diplomáticos, el auge de la violencia se debe en parte al resentoimiento de la minoría sunita, la cual se siente discriminada por el gobierno de Nuri al Maliki.