Tiendas criollas apelan al buen servicio para sortear a ‘malls’

Feoli, Barguil, Scaglietti, La Ópera y Mainieri Aronne mantienen vigencia

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Scaglietti, Mainieri Aronne, Feoli, León Rubinstein y Co.(La Ópera) y Barguil son más que apellidos provenientes del otro lado del océano Atlántico, a finales del siglo XIX e inicios del XX.

Todos ellos son sinónimo de las pocas tiendas de antaño que hoy sortean los embates de los grandes almacenes por departamentos y los malls , gracias a un surtido de ropa y accesorios clásicos que apelan a la tradición con estilo, de factura importada, con una atención personalizada y precios accesibles.

Así lo aseguran los representantes de estos locales, que en su mayoría se ubican en el corazón de la capital, salvo el caso de Barguil, que se mantiene vigente en la Vieja Metrópoli desde hace 77 años.

“Con ventas al detalle, buenos precios y trato personalizado hemos resistido la competencia. Nosotros somos la tercera generación de los Barguil que no cejará en el empeño de que esta tienda siga por muchas décadas más”, expresó Georgette Barguil, nieta del fundador del negocio que data de 1935.

En la capital. Con ella coincidió Rosalia Scorza, nieta de Nicolás Feoli, quien hace más de 80 años fundó la tienda en San José centro.

Ella asegura que la clave del éxito de este local se basa en la atención personalizada. “Un cliente merece ser asesorado. Si quiere que le saquemos la tienda lo hacemos, aunque no compre nada. La relación con nuestros clientes se cuida”, expresó Scorza.

Esta tienda, dijo, es visitada por funcionarios que laboran en diferentes entidades vecinas al negocio, aunque también acuden los nietos de aquellos abuelos que allí compraban su camisa o traje.

Añadió que otro factor que le ha permitido a Feoli capear a la competencia es contar con un local propio, lo cual atenúa sus costos de operación. “Esto nos permite cobrar precios más justos”, aseguró.

Muy cerca de allí se encuentra una tienda que Santi y Féliz Scaglietti abrieron hace 124 años. Después se unieron Mario y Ugo.

Esteban Quesada, trabajador desde hace 48 años, explica que, amén del servicio al cliente, la tienda le apuesta a la tradición para seguir vigente.

“Aquí tenemos ropa clásica que no pasa de moda, de muy alta calidad que ha sido bien valorada por abuelos, hijos y ahora nietos”, contó Quesada.

A escasos pasos de este negocio se ubica La Ópera, tienda dedicada a las telas, que León Rubinstein abrió en 1938. Hoy está bajo la batuta de Eva Rubinstein (nieta) y Yaniv Porta (bisnieto).

Al igual que los restantes consultados, ambos aseguran que en este local josefino el éxito se basa en la calidad de las telas y la atención individualizada a sus clientes.