El retiro de la exención del impuesto de ventas del 13% para productos alimentarios considerados suntuarios (lujosos), y el congelamiento de los salarios iguales o mayores a ¢3 millones mensuales, son insuficientes para cubrir las necesidades de financiamiento del Gobierno.
Así los expresaron representantes de sectores productivos y economistas consultados ayer por La Nación .
Bienes de lujo. Algunos sectores productivos cuestionan la escogencia de ciertos bienes. Es el caso del gremio ganadero, que teme que la imposición del 13% sobre algunos cortes derive en una reducción de la demanda de carne.
Leonardo Luconi, presidente de la Corporación de Fomento Ganadero, analizó que, por ejemplo, el lomo ya no se puede considerar un alimento suntuario, pues su demanda es muy común.
Igual opina Renato Alvarado, presidente de la Cámara Nacional de Porcicultores, quien calificó de “antojadizo” el criterio de escogencia. “¿Dónde está el estudio técnico de consumo?”, cuestionó sobre la decisión de gravar los cortes de lomo y lomito de cerdo.
Álvaro Sáenz, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria, espera que se cumpla el objetivo de gravar con el impuesto a los segmentos con mayores ingresos.
Mediante un comunicado, la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep), calificó positivamente el anuncio del Gobierno, en particular porque las medidas buscan “ordenar la casa” antes de pensar en mayores cargas.
Faltan ajustes. Para la economista Edna Camacho, las medidas son positivas, empero, alertó sobre la necesidad de aprobar en la Asamblea Legislativa el proyecto que permite emitir deuda externa.
En el caso de Ronulfo Jiménez, también economista, el congelamiento de salarios podría tener efectos negativos a mediano plazo, pues los puestos públicos perderían competitividad.
Eric Vargas, analista de Strategia, opinó que el Gobierno también debe aprovechar superávits de otras entidades públicas, y reducir la contribución a partidos.