SeaWorld lanza campaña para repeler críticas en documental

Firmas acusadas de malas acciones en películas a menudo eligen mantener un perfil bajo, a la espera de que las denuncias no trasciendan; SeaWorld adoptó el enfoque contrario

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Hollywood acaba de exhibir a SeaWorld como un chico malo. Pero SeaWorld ha decidido desviarse de la línea argumental.

En un inusual golpe preventivo sobre el documental Blackfish , estrenado en ciertos mercados por Magnolia Pictures, SeaWorld Entertainment sorprendió al mundo cinematográfico en julio enviando una detallada crítica de la película a unos 50 críticos que presumiblemente iban a reseñarla. Fue uno de los primeros pasos en una agresiva respuesta pública a la película, que argumenta, en ocasiones con imágenes perturbadoras, que las orcas en cautiverio padecen sufrimiento físico y mental debido a su confinamiento. Magnolia y la directora de la cinta, Gabriela Cowperthwaite, rechazaron punto por punto en defensa de la película.

El intercambio ahora promete poner a prueba cuán lejos puede, o debería, llegar una empresa al tratar de alterar las poderosas imágenes negativas que surgen con el lanzamiento de exhibiciones documentales. Ese tipo de dilema ha salido a la superficie con documentales previos como The Queen of Versailles , que el año pasado describió el derrochador estilo de vida de los magnates inmobiliarios Jackie y David Siegel, e incluso con cintas narrativas como The Social Network , que echó un vistazo poco favorecedor a Mark Zuckerberg de Facebook, en el 2010.

Las empresas acusadas de malas acciones en películas a menudo eligen mantener un perfil bajo, con la esperanza de que las denuncias no lleguen al gran público y eventualmente desaparezcan sin mucho alboroto. Eso sobre todo es cierto con los documentales, que suelen tener públicos pequeños.

SeaWorld, asesorado por la firma de comunicaciones 42West, que es mejor conocida por promover películas que por devolverles el golpe, está adoptando el enfoque contrario. Adelantándose al reciente estreno de la cinta, la compañía estaba ofreciendo a altos ejecutivos y cuidadores de los animales para entrevistas sobre la película y sus supuestas fallas.

También estaba considerando posibles acciones adicionales, que pudieran incluir publicidad informativa, una contracampaña basada en la web o quizá una solicitud de algún tipo de acceso a CNN, que adquirió los derechos televisivos de Blackfish mediante su unidad CNN Films y planea difundir la cinta el 24 de octubre.

Entre otras cosas, SeaWorld afirma que Blackfish , que se enfoca en el ataque fatal en el 2010 de la orca Tilikum a una entrenadora, Dawn Brancheau, excedió los límites del uso justo al incorporar cintas de entrenamiento y otras imágenes tomadas por la compañía. La compañía también afirma que Cowperthwaite posicionó algunas escenas para crear lo que ejecutivos de SeaWorld ven como una falsa inferencia de problemas o malas acciones.

Acción legal. Al preguntarle si SeaWorld estaba contemplando acciones legales contra la cinta, G. Anthony Taylor, el asesor legal, dijo que las decisiones sobre cualquier medida de ese tipo tendría que esperar hasta que los ejecutivos pudieran evaluar más de cerca la película. Blackfish hizo su debut en el Festival Cinematográfico de Sundance en enero y desde entonces se ha proyectado en otros festivales en Estados Unidos y el extranjero.

En una entrevista telefónica, Cowperthwaite dijo que se atenía a la película y describió cualquier desacuerdo en cuanto a su construcción como una evasión de su conclusión inevitable: Las ballenas asesinas son 100% no aptas para el cautiverio.

“Durante 40 años, ellos fueron el mensaje”, dijo, refiriéndose a SeaWorld. “Pienso que está bien permitir que una cinta de 80 minutos” tenga su momento.

Desde 1965, SeaWorld ha mantenido y exhibido docenas de orcas en parques en Orlando, Florida, y otras partes. Según Taylor y otros ejecutivos, al menos 10 millones de personas al año ven a algunas de las 29 ballenas que ahora tienen. Ejecutivos de SeaWorld dicen que sin acceso a las ballenas –que ahora son engendradas en los parques, en vez de capturadas–, a los humanos se les negaría la conexión con grandes animales inteligentes con los cuales muchos sienten un vínculo.

“Somos profundamente transformados por ellos, la ballena asesina es un animal que hace eso”, dijo el doctor Christopher Dold, vicepresidente de Servicios Veterinarios de SeaWorld.

Uso de relaciones públicas. Al ver Blackfish , Kelly Flaherty Clark, quien trabaja con Tilikum como curadora de entrenadores en el parque de Orlando de SeaWorld, dijo que le consternó la presentación de su testimonio en una audiencia sobre Seguridad Ocupacional y Administración de Salud, en la cual SeaWorld fue citado por violar la seguridad de los entrenadores; afirmó que fue selectiva en una forma que no representa con precisión sus opiniones.

Clark dijo que le molestaba la dependencia de la película de entrevistas con varios exentrenadores, cuya experiencia con Tilikum no existió o se limitaba en gran medida al pasado distante.

Cowperthwaite, sin embargo, dijo que se comportó en gran medida como periodista al hacer Blackfish . Dijo que inició el proyecto, poco después de la muerte de Brancheau, con la mente abierta. Solo lentamente, afirmó, concluyó que las orcas como Tilikum podían ser impulsadas a un comportamiento antinatural –o, en palabras de uno de los entrevistados de la cinta, “sicótico”– por su cautiverio.

Cowperthwaite también dijo que le consternaba que los ejecutivos de SeaWorld resistieran sus repetidas solicitudes de entrevistas.

Taylor dijo que los ejecutivos habían evitado las entrevistas porque dudaban de que el material fuera a ser usado de buena fe.

Pero ahora el interrogante es si reaccionar contra Blackfish realmente ayudará a promover una película que normalmente había sido vista por un pequeño grupo de quienes regularmente asisten a parques de SeaWorld.

“Es difícil considerar a este ataque de relaciones públicas como una buena estrategia”, dijo Martin Garbus, abogado que representa a la directora Lauren Greenfield en una disputa de arbitraje que están presentando en su contra los Siegel y su compañía en torno a The Queen of Versailles .

Taylor y sus asociados, hablando conjuntamente, dijeron que reconocían los riesgos pero se sintieron motivados por una sensación de indignación ante la cinta que dijeron empequeñecía su misión. También dicen que sienten una responsabilidad con sus trabajadores y con los animales que a menudo llegan a parques SeaWorld como parte de rescates que eventualmente los regresan a la libertad.

“No sé si ‘reputación’ es la palabra correcta”, dijo Taylor cuando se le preguntó qué estaba defendiendo SeaWorld. “Necesitamos proteger a nuestra gente”.