Luego de recorrer una larga "calle de la amargura", el proyecto que rompe el monopolio de la banca estatal sobre el redescuento y las cuentas corrientes fue aprobado anoche, en primer debate, por la Asamblea Legislativa.
A las 6:46 p.m. dicha iniciativa --conocida como reformas financieras-- dejó atrás una estela de tres años de discusiones, pugnas ideológicas y hasta objeciones de la Sala IV, al recibir el voto afirmativo de 40 diputados.
Para Luis Gerardo Villanueva, jefe de fracción del Partido Liberación Nacional (PLN), el proyecto "es revolucionario".
Villanueva destacó, por ejemplo, que permitirá destinar el 17 por ciento de las captaciones que hagan los bancos privados en cuentas corrientes, a un crédito subsidiado que dará el Estado al pequeño y mediano productor.
Manifestó que ello obligará a los bancos del Estado a competir en cuanto a servicios y tasas de interés. Estos entes tendrán 10 meses, desde la publicación de la ley, para llevar a cabo las transformaciones necesarias.
Otras ventajas para el cliente son:
En San José se podrá cambiar en un día un cheque proveniente de una sucursal de la zona rural. El Banco Central estará obligado a suministrar al público información sobre la situación económica del país.La iniciativa también moderniza la Ley Orgánica del Banco Central, crea la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF) y obliga a todas las oficinas supervisadas a entregar parte de sus captaciones al Central.
Juega de nuevo
La reforma financiera (incluida en el pacto Figueres-Calderón) ya había recibido primer debate el pasado 5 de setiembre pero debió ser "retrotraída" pues el 16 de octubre la Sala IV declaró inconstitucional parte de su texto.
El alto tribunal objetó el hecho de que se pretendiera obligar a las empresas que se acojan al sistema de administración por intervención judicial, a pagar intereses a sus acreedores.
Un acuerdo entre el oficialismo y la oposición permitió que el pasado fin de semana se le hicieran las correcciones del caso a la propuesta para enviarla de nuevo al Plenario. Se estima que podría recibir segundo debate en la sesión de mañana.
El diputado liberacionista Manuel Antonio Barrantes, uno de los ocho legisladores que votaron anoche contra el proyecto, consideró que la banca privada va a quedar en franca ventaja sobre las entidades públicas.
Alegó que los entes no estatales tendrán mayores facilidades para adquirir equipos modernos y asesorías. En cambio, la banca nacional deberá superar engorrosos trámites para obtener los avales necesarios para modernizarse.
"Creo que unos van a estar compitiendo con cohetes en las manos y otros con lanzas y flechas", aseveró.
Será posible transar un cheque de un banco a otro si existe un convenio entre ambas entidades.