Un caso de rabia paralítica bovina se presentó esta semana en Santa Rita de Río Cuarto, Grecia.
El Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) confirmó ayer la muerte de una res por ese mal.
La entidad desplazó a tres grupos de trabajo hacia la zona, con el fin de determinar la cantidad de población animal existente y destinar el número de vacunas que se necesitan para evitar una propagación, informó Eliut Herrera, jefe local de Senasa.
Además, indicó que analizan el cerebro de otra vaca, para confirmar si murió de ese mal.
Herrera indicó que a cinco kilómetros de la finca donde murieron las reses, se encontró una colonia de vampiros, animales transmisores de la enfermedad.
Los animales afectados por la rabia sufren alteraciones en el sistema nervioso, muestran dificultad al caminar y presentan ojos vidriosos y mucha salivación. Su muerte puede ocurrir 10 días después del contagio.
Los seres humanos pueden contraer la rabia mediante el contacto prolongado con saliva de las reses.
Los cinco cantones norteños de Upala, Los Chiles, Guatuso, San Carlos y Sarapiquí tienen una población ganadera aproximada a las 350.000 cabezas.