Productividad del café en Costa Rica cayó 30% en últimos 20 años

Promedio pasó de 28,8 fanegas por hectárea en cosecha 2000-2001 a apenas 20,1 fanegas en la 2020-2021

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La productividad promedio del café en Costa Rica disminuyó un 30% en los últimos 20 años, pues pasó de 28,8 fanegas por hectárea en la cosecha 2000-2001 a apenas 20,1 fanegas en la 2020-2021, de acuerdo con los datos publicados por el Instituto del Café de Costa Rica (Icafé).

La caída en la cantidad de fanegas por hectárea (una fanega en fruta corresponde a un saco de 46 kilos de grano beneficiado) afecta a esa actividad nacional de manera sostenida desde hace más de dos décadas, reconoció la directora ejecutiva del Icafé, Xinia Chaves.

La situación se agravó a partir de finales del 2012, cuando se produjo un fuerte ataque del hongo de la roya, el cual afectó a todo tipo de plantaciones, pero especialmente a cafetales viejos cuyo periodo de vida ya estaba casi en vencimiento.

A ese factor se unen el cambio climático y que cuando se repusieron las plantaciones destruidas por la roya se hizo con las variedades Caturra y Catuaí, muy susceptibles a ese hongo, señaló Chaves. “Hay que cambiar de variedades. Estas solo en altura se pueden sostener y con riesgos”, advirtió.

El asocio entre el vencimiento de plantaciones y el cambio climático se daba en Costa Rica, continuó, cuando se presentó el impacto devastador del hongo de la roya en todo el corredor Mesoamericano. Así que la enfermedad encontró plantaciones débiles en Costa Rica.

En el 2010, el país lanzó un programa de renovación de cafetales, para sustituir las viejas plantaciones y aumentar la productividad. Pero pocos productores se acogieron al plan, pese a que hubo recursos para subsidiar la tasa de interés, pues posiblemente los invadió el temor de tener una parte de la finca sin cosechar durante unos tres años.

La meta de aquella ocasión de elevar a un promedio de 32 fanegas por hectárea la productividad del país, lo cual se mantiene hoy entre las prioridades de las autoridades del sector cafetalero. Pero esta vez se pretende realizar con un programa ajustado con el fin de evitar los errores del anterior plan, aseguró la dirigente cafetalera.

El cultivo de café mantiene una relevancia, especialmente social, en Costa Rica, aunque también una influencia económica en muchas comunidades. El más reciente informe de la actividad cafetalera indica que hay 93.697 hectáreas dedicadas a cafetales, en manos de 27.393 productores.

Los principales cantones productores por volumen son Tarrazú, Pérez Zeledón, León Cortés, Naranjo, Coto Brus y San Ramón. El año pasado, las exportaciones totales alcanzaron $322 millones.

Programa urgente

El Icafé, tres bancos y el MAG lanzarán un plan, luego de muchos meses de preparación, para atender el problema, el cual se denomina Programa de intervención a la productividad. En total serán unos 10.000 millones destinados al plan, procedentes de los fondos del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD).

Inicialmente estará disponible en los bancos Nacional, de Costa Rica y BAC Credomatic y no será totalmente abierto, sino que solo para productores escogidos con la intervención de las firmas beneficiadoras. Esta escogencia es una de las principales novedades, lo cual busca a productores realmente comprometidos con cumplir los requisitos del programa.

Aparte del financiamiento, el programa tiene otros dos componentes. Uno es la transferencia de tecnología e información, un punto que fue débil en programas anteriores y que se fortaleció para esta ocasión.

Chaves explicó que se realizó un proceso de capacitación de los técnicos de Icafé, así como de los del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), en las regiones, de tal manera que puedan asesorar en todos los campos a los cafetaleros. Por ejemplo, los técnicos fueron dotados con tabletas con la información requerida como apoyo para solventar situaciones.

Los técnicos también contarán con drones para revisar las fincas y mantener la informació al día acerca del avance y de la aplicación de las condiciones técnicas necesarias. La dotación de drones avanza paulatinamente.

El tercer componente es el material genético, es decir, la existencia en cantidades suficientes de variedades de café más resistentes a plaga y enfermedades y que sostengan productividades altas.

Según Chaves, la meta es poner en marcha este programa antes de que se inicien las lluvias de este año, pues con la floración los productores son más reacios a sustituir áreas en sus plantaciones. Se va a iniciar en la región cafetalera sur (Pérez Zeledón y Coto Brus) porque son de maduración temprana y, por ello, terminaron antes el periodo de recolección de la cosecha pasada.