La producción agropecuaria, tradicional sostén de la economía guanacasteca antes de la explosión del turismo en los años noventa, pretende resurgir ahora.
Esa “vieja economía” de la provincia se aprovecharía de dos factores para el relanzamiento: atender la demanda de alimentos en los hoteles y elevar las exportaciones al usar las ventajas de tener en la región el aeropuerto internacional Daniel Oduber.
Además, sacaría ventaja de las condiciones naturales, pues tiene la microzona más fértil de Costa Rica en las llanuras del Tempisque y la ventaja del Distrito de Riego Arenal Tempisque.
Todas esas conclusiones surgen de un análisis especial solicitado a la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (Sepsa), del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
La provincia tiene actualmente 80.254 hectáreas en producción agrícola, un 16% del total de área dedicada por Costa Rica a esa actividad, según datos de Sepsa.
La mayor área se dedica a caña de azúcar, con 34.669 hectáreas o un 35% del área total del país en ese producto. En arroz, Guanacaste tiene 23.200 hectáreas o un 35% del total y en melón 4.776 hectáreas o un 72% del total.
Tiene, además, 323.000 cabezas de ganado, un cuarto del total nacional, y es la región por excelencia para cultivar tilapias.
De acuerdo con Sepsa, el sector agropecuario guanacasteco da empleo directo actualmente a 28.277 personas. Eso lo mantiene como la principal fuente de trabajo por volumen de puestos.
La provincia, empero, es débil en exportaciones. Aporta apenas un 2% del valor total de las ventas del país al exterior. Es, junto con el Pacífico Central, la que menos aporta en este campo.
Deficiencias. Álvaro Conejo, presidente de la Cámara de Turismo Guanacasteca (Caturgua), dijo que no hay centros para abastecer de alimentos frescos a los hoteles. Puntualizó que deben venir a Barreal de Heredia, al Cenada, a comprar los melones que se producen en Guanacaste.
El sector agrícola impulsa la creación de un mercado mayorista en Liberia, pero el plan marcha a la velocidad que exigen los requisitos del Estado.
El desarrollo de otras actividades económicas –aparte de turismo y agro– es lento. La empresa Ad Astra Rocket Company se instaló allá para demostrar que se puede desarrollar tecnología fuera del casco metropolitano.
No obstante, de 14 especialistas que tiene solo dos son de la zona y para abastecerse de materiales deben venir al Valle Central, dijo su director ejecutivo Ronald Chang. Urge, agregó, que las universidades formen a más profesionales en ingenierías. Algunas tienen apenas la primera parte de la carrera en la región, lo cual desestimula ingresar en ellas.