Washington. EFE. La inflación subyacente de Estados Unidos, que excluye los precios más volátiles de la alimentación y la energía, aumentó en enero al ritmo más rápido desde octubre de 2009, aunque el incremento interanual del 1% es todavía benigno.
Además del repunte del 0,2% en la inflación subyacente, el Gobierno informó ayer de que, en su conjunto, el índice de precios al consumo (IPC) repuntó un 0,4% en enero, el mismo incremento que el registrado en diciembre.
Más de dos terceras partes del aumento en el IPC obedecen a las subidas en los precios de los alimentos y la energía, indicó el Departamento de Trabajo.
Según los nuevos datos, la comida se encareció un 0,5% en enero y los carburantes, un 3,5%.
Las estadísticas muestran también presiones inflacionarias en artículos como la ropa y los billetes de avión, que aumentaron un 2,2% en enero, en la que supone ya su quinta subida consecutiva.
Los analistas esperaban que el IPC subiese un 0,3% en el arranque del año. El incremento interanual del IPC es del 1,6%.
Los datos publicados ayer llegan un día después de que el Gobierno indicase que el índice de precios de productor (IPP) de EE. UU. subió un 0,8% en enero, el mayor incremento en más de dos años.
El IPP mide los cambios en los precios cobrados por los productores domésticos e incluye una muestra sistemática del sector manufacturero, minero y las industrias de servicios.
Pese a esas cifras, el panorama inflacionario es todavía benigno en Estados Unidos y las últimas cifras de peticiones semanales de subsidio por desempleo publicadas ayer sugieren que la recuperación laboral será gradual.