En el 2010 el precio del dólar tuvo una variabilidad más amplia con respecto al 2009, aunque menos que en el 2008.
Una forma de medir dicha variabilidad es por medio de la desviación estándar, que indica el grado de dispersión de los precios con respecto al valor promedio, que fue de ¢525,92.
En el 2010 dicha desviación fue de ¢19, casi el doble que en el 2009, que alcanzó ¢10,5; pero menor a la del 2008 que fue de ¢27.
El 2008 fue el año en el cual el precio del dólar brincó del piso de la banda cambiaria al techo de esta, en el 2009 se mantuvo “pegado” al techo hasta agosto y a partir de ahí empezó a bajar, tendencia que mantuvo durante todo el 2010.
Cuanto más variable es la divisa, más se le complica la tarea de planificación a las empresas y personas que laboran con ella.
El valor de la divisa en el mercado mayorista terminó el año en ¢512,24; con una reducción de casi ¢52 durante el año. El precio promedio de compra que ofrecieron las entidades al público concluyó en ¢507,85; con una reducción de casi ¢51 en el año, y el de venta terminó en ¢518,09; con una baja en el año de casi ¢54.
Todas las reducciones rondaron el 9%.
En los primeros cuatro días del 2010 el margen entre compra y venta del dólar al público se acercó a los ¢13, pero en el resto del año se mantuvo cerca de ¢10.
Abundancia de dólares. La reducción en el precio de la divisa durante el 2010 está relacionada con una mayor oferta de dólares en el mercado respecto a la demanda, pero que no está claro de dónde viene.
Un indicador de esa abundancia son las reservas en dólares de los bancos comerciales que se mantuvieron altas durante el año, aunque han tendido a bajar en los últimos meses.
Dichas reservas alcanzaron un máximo de $1.113 millones en mayo y bajaron a $613 millones en octubre.
El Banco Central, por su parte, adquirió en el 2010 casi $249 millones de su programa de compra de dólares para aumentar sus reservas por $600 millones sin presionar en gran medida el valor de la divisa. Este año continuará con las compras.
Además, para el 2011 el Central analiza establecer un encaje de 15% a los créditos que realicen los intermediarios financieros en el exterior a menos de un año.