Se solicita personal calificado para empleos en Europa

Parte del problema es que la formación universitaria relativa a la tecnología perdió atractivo después del año 2000.

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Semana tras semana, los periódicos publican titulares prometedores: Microsoft, PayPal, Fujitsu y veintenas de otras compañías se expanden a Irlanda, creando miles de empleos cuando el desempleo ronda elevados niveles récord.

Solo hay una traba: no hay suficiente gente cualificada para ocupar todos los empleos. En algunos casos, las compañías han tenido que buscar fuera de Irlanda para reclutar candidatos con las habilidades adecuadas.

Después de cinco años de crisis económica, esta discrepancia representa uno de los mayores problemas que enfrenta Irlanda y muchos otros países europeos. Cientos de miles de personas que perdieron el trabajo, y muchos jóvenes que se incorporan a la fuerza laboral, se están dando cuenta de que su preparación no es la adecuada para una enorme cantidad de empleos basados en la innovación que se están creando en el continente.

“En todos los países, existe la expectativa de que muchos de los empleos de nueva creación estarán en la economía intensiva en conocimiento”, señaló Glenda Quintini, economista del trabajo en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). “Pero vemos una discrepancia preocupante en la preparación, que significa que un gran número de desempleados no están bien preparados para el conjunto de trabajos que se están creando”.

Los empleadores se han quejado de que los recién egresados no tienen las habilidades que necesitan. Sin embargo, en un informe reciente, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió de que, después de la crisis, empeoró la discrepancia entre preparación y cambios ocupacionales en Europa. La gente a la que se despidió en los sectores más golpeados, como la construcción y las finanzas, enfrentan capacitaciones prolongadas, mientras que son demasiado pocos los graduados que se integran a la fuerza de trabajo que escogieron ingeniería, ciencia o tecnología para el creciente mercado laboral basado en la innovación.

La brecha tiene consecuencias importantes para la recuperación en Europa porque la eurozona afronta índices de desempleo persistentemente por encima de 12%. Podría contener el retorno a un crecimiento significativo y generar “costos económicos y sociales significativos”, según la Comisión Europea, el brazo formulador de políticas de la Unión Europea.

En Estados Unidos, el fenómeno ha contribuido a un aumento del desempleo de largo plazo, dijo la organización.

Son cerca de dos millones de vacantes laborales las que hay en toda la Unión Europea, casi la misma cantidad que en 2010, en sectores que van del hotelero a la programación informática, según Eurostat, la oficina de estadística de la Unión Europea.

Un estudio que dio a conocer Eurofound, el brazo de investigación de la Unión Europea, en noviembre, muestra que a pesar de la recesión, casi 40% de las compañías reportó dificultades para encontrar empleados con la preparación adecuada, en comparación con 37% en 2008 y 35% en 2005.

El problema es especialmente impactante en empresas basadas en la innovación, las cuales generan empleos a toda prisa. Es posible que no se ocupen cerca de 900.000 vacantes en tecnología informática y de la comunicación para 2015 en la Unión Europea, advirtió la Comisión Europea en un informe reciente sobre la economía digital.

Gobiernos y compañías de toda Europa agilizan los esfuerzos para volver a capacitar a los desempleados para un montón de empleos relacionados con la tecnología. Asimismo, intensifican las campañas para atraer a los universitarios hacia las matemáticas, la ingeniería y la ciencia.

En Irlanda, el Gobierno introdujo una serie de programas de capacitación y educación superior, y busca pulir el atractivo de los grados en matemáticas cuando sonaron las alarmas sobre el problema hace un par de años. En ese momento, el desempleo era de cerca de 14% tras el colapso económico que destruyó los empleos en el sector de la construcción.

Compañías multinacionales de tecnología y medios sociales seguían invirtiendo porque les atraía la ultrabaja tasa fiscal corporativa de 12,5% de Irlanda y su fuerza de trabajo de habla inglesa. Sin embargo, muchas se han visto obligadas a buscar trabajadores con la preparación adecuada fuera del país, a pesar de los 391.500 desempleados y un índice de desempleo de 12.5%.

El problema llegó a un punto máximo el verano pasado, cuando la directora ejecutiva de PayPal en Irlanda, Louise Phelan, avivó la controversia al reconocer que la compañía reclutó personal en 19 países para 500 puestos en su centro de operaciones en Dundalk.

Este verano, Fujitsu, que emplea a 800 personas en Irlanda, reveló que tuvo que contratar en ultramar a la mayoría de sus expertos con doctorado.

En total, cerca de la mitad de los empleos en informática en Dublín los ocupaban empleados extranjeros, mientras que unos 4.500 en la misma especialidad quedaban vacantes por la oferta limitada de solicitantes adecuadamente preparados, han mostrado diversos estudios.

Parte del problema de todos los países, no solo de Irlanda, era que la formación universitaria relativa a la tecnología perdió atractivo después del reventón del punto com a principios de los 2000, dijo Regina Moran, la directora ejecutiva de Fujitsu en Irlanda. En este país, la gente se fue a los trabajos en la construcción o el turismo, los cuales prosperaron a mediados de esa década.

Ian Sharpe fue uno de ellos. Pasó casi 15 años trabajando en el sector hotelero hasta que la crisis bancaria irlandesa lo dejó sin empleo en 2010. Trató infructuosamente de encontrar trabajo nuevo, y el año pasado se inscribió en los programas gubernamentales para volver a trabajar.

Hace poco, 182 candidatos –en su mayoría desempleados, con antecedentes en campos que incluyen la agricultura, la construcción y hasta la astrofísica– volvieron a capacitarse. Una compañía, VMware, contrató a 82 personas y otras más a casi todos los demás, incluido Sharpe.

Hace poco, un día entre semana, él estaba en una conversación con un equipo de técnicos en las oficinas de VCE, empresa proveedora de servicios y programas informáticos de nubes y virtualización, con sede en Cork.

Después de seis meses en una pasantía, lo contrataron de tiempo completo para ayudar en la administración del centro de datos, con salario anual de unos 30.000 euros ($40.773), más o menos lo que había ganado como gerente de un hotel.

Las iniciativas tienen sus errores. Por ejemplo, como parte del programa de pasantías JobBridge, la gente continúa cobrando subvenciones por desempleo y recibe un modesto estipendio de 50 euros a la semana. Para muchos, eso apenas si cubre el transporte y la alimentación. Se apilan los artículos en los medios informativos irlandeses sobre abusos de las compañías participantes en los programas, como asignarles a los pasantes tareas no especializadas o totalmente profesionales sin paga, sin que al final se materializara algún empleo.

Sharpe manifestó que algunas personas lo habían exhortado a no participar en el programa. Sin embargo, quería evitar el destino de amistades que habían caído en la rutina, en la que a más tiempo están desempleados, menos probable es que se reinsertaran en el mercado laboral.

Ahora él ya tiene esperanza. “Pasé de ser alguien que nunca se había involucrado profesionalmente con la informática, a tener un puesto de ingeniería solo nueve meses después”, dijo Sharpe. “Puedes ver hacia dónde vas”, agregó. “Finalmente, hay algo hacia dónde dirigirse”.