La población menor de 30 años redujo su participación en los sistemas de pensiones de Costa Rica, durante los últimos cinco años.
El año pasado, este grupo de edad representó el 29,3% del total de asalariados que cotizaban en un fondo de jubilación; pero eran el 33,4% del total en el 2012, detalla el Informe de Coyuntura y Supervisión del Sector Pensiones.
Por su parte, crece la proporción de cotizantes de más de 30 años y hasta los 59 años.
El documento, elaborado por la Superintendencia de Pensiones (Supén), atribuyó la reducción de cuatro puntos porcentuales, del peso de este grupo, al proceso de envejecimiento de la población.
El estudio tomó en cuenta a los 1,5 millones trabajadores que realizaron aportes mensuales al régimen de pensión para el cual están inscritos.
Incorporó datos de los contribuyentes de los regímenes básicos como el de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), la Junta de Pensiones del Magisterio Nacional (Jupema), el Poder Judicial y el Cuerpo de Bomberos.
Asimismo, el régimen obligatorio de pensiones complementarias, fondos creados por ley (ICE, Banco Nacional, ICT, Recope), los fondos voluntarios y el Fondo de Capitalización Laboral (FCL).
En total, el sistema de pensiones del país administraba ¢10,5 billones al cierre del año pasado, frente a los ¢9,9 billones del 2015.
Razones y efectos.
Nelly Vargas, superintendenta de Pensiones a.í., explicó que Costa Rica pasa por una transición demográfica la cual repercute en el sistema de pensiones del país.
"Si los jóvenes al iniciar su vida laboral están optando por no formar parte de la seguridad social, y eligen la informalidad o la subdeclaración de ingresos, esto tiene un impacto directo en el sistema, pues erosiona el ahorro y condiciona las posibilidades de financiar a futuro sus necesidades para la vejez", aseguró la funcionaria.
El IVM, administrado por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), es el régimen más afectado por el fenómeno descrito por la Superintendencia, pues reduce su base de nuevos cotizantes a futuro.
En los últimos cinco años, los contribuyentes menores de 30 años pasaron de representar el 32% del total, en el 2012, al 28,3% el año pasado, según datos estadísticos de la institución.
Para Jaime Barrantes, gerente de Pensiones de la Caja, el efecto demográfico aumenta por el alto desempleo entre los jóvenes y por la informalidad, que afectan la base de cotizantes del sistema.
"La tendencia que empieza a verse será más pronunciada a futuro. Hoy en el IVM hay seis cotizantes por pensionado; pero para el 2050 serán dos cotizantes por jubilado", explicó Barrantes.
Róger Porras, director ejecutivo de Jupema, reconoció que en el Magisterio Nacional se reporta una leve baja de la población cotizante menor de 30 años.
"Si se va disminuyendo el número de hijos por persona, evidentemente, se requerirán menos maestros por estudiante a mediano y largo plazo", aseguró Porras.
El Magisterio Nacional cerró, el año pasado, con 88.299 docentes que aportan mensualmente recursos al Régimen de Capitalización Colectiva.
Para Pablo Sauma, economista especialista en temas de pensiones, la menor cantidad de cotizantes generá una reducción de las reservas de los fondos de pensiones básicos porque la cantidad de pensionados crecerá de manera más acelerada.
"Cuando nacían muchos niños, que luego entraban al mercado de trabajo, no importaba cuántas personas se pensionaban, ahora no. Llegará un momento en que salen más de los que entran (a los fondos de pensiones)", afirmó Sauma.
Al cierre del 2016, el Sistema Nacional de Pensiones costarricense contaba con un total de 265.772 jubilados. El 95% corresponden a los regímenes básicos, según datos de Supén.