La OPEP resiste al auge del petróleo de esquisto de EE. UU.

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LA OPEP SE REÚNE HOY EN VIENA PARA ESTABLECER EL NIVEL DE SU OFERTA DE CRUDO La OPEP decidió continuar con una estrategia de defender su participación de mercado, aunque esta signifique precios bajos del crudo. | EFE (HERBERT NEUBAUER)

Viena AFP. La OPEP perdió hace tiempo su hegemonía, pero mantiene una influencia fundamental sobre los precios frente al formidable desafío del petróleo de esquisto norteamericano, según varios analistas.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo decidió seguir produciendo en abundancia para no ceder más terreno ante esta industria puntera y reactiva, que en el último año supo reducir velozmente su umbral de rentabilidad hasta el nivel actual de las cotizaciones, en torno a los $60 por barril.

La OPEP extrae actualmente alrededor del 30% del crudo mundial, cuando hace 35 años era el 50%. Y la gran pregunta del momento es si el cartel sigue siendo el productor clave capaz de dirigir el mercado del crudo con sus decisiones.

Según varios analistas, la OPEP, por su carácter político, conserva una influencia determinante frente a una industria estadounidense fragmentada.

“Según parece, los comentarios del ministro saudí Ali al Naimi siguen dominando los mercados”, dice Myrto Sokou, de la consultora londinense Sucden Financial. “La OPEP tiene todavía una influencia muy significativa sobre los precios actuales”.

En el último lustro, la industria en Estados Unidos aprovechó los precios altos reinantes hasta mitad del 2014 para desarrollar la producción del petróleo no convencional, extraído de las rocas por fracturación hidráulica.

Actualmente, Estados Unidos produce unos 5 millones de barriles diarios de este tipo de petróleo, sobre un total superior a los 9 mbd, lo que lo hace menos dependiente de las importaciones del resto del mundo.

Con su estrategia, la OPEP ha logrado en los últimos meses frenar la progresión de la producción norteamericana.

Sin embargo, el nivel actual de precios está por debajo de lo que necesitan los miembros del cartel para equilibrar sus presupuestos nacionales. Y si bien las monarquías del Golfo pueden permitírselo, otros sufren más.

“Los próximos meses serán extremadamente dolorosos para miembros como Venezuela, Irak, Libia y Nigeria, que afrontan problemas inmediatos de flujo de capitales, aunque el resultado final, previsiblemente, serán unos precios más altos”, comentan analistas de Energy Aspects.