Exministro de Comex, Alberto Trejos: ‘Somos un país digno de ser un socio cercano de los demás’

El economista recordó las fortalezas de Costa Rica para sus relaciones económicas con otras naciones, pero advirtió de que la fragilidad fiscal se convierte en el principal problema de cara a enfrentar la crisis por el coronavirus

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Alberto Trejos, exministro de Comercio Exterior (2002-2004), hizo un repaso por las debilidades y fortalezas de Costa Rica, a corto y largo plazo, de cara a enfrentar la actual crisis por el impacto del coronavirus.

La forma de encarar la enfermedad (con solidaridad, organización y solidez institucional), la preservación del medio ambiente, la preservación de la paz y la democracia, la seguridad jurídica, la educación y la búsqueda de la equidad están en el bando de las fortalezas mencionadas por este economista.

Frente a eso, el hecho de que esta crisis haya tomado a Costa Rica en un momento de tanta fragilidad fiscal es la principal debilidad, acotó. Se suman problemas añejos sin resolver en el comercio con Centroamérica, la también vieja discusión sobre el proteccionismo, retomar la agenda de infraestructura y el costo de la energía como retos, dijo.

En la balanza, concluyó, Costa Rica hace muchas cosas bien, lo cual deben reconocer el mundo y sus propios ciudadanos, con lo cual se convierte en un país digno de ser un socio de cualquier otra nación en el planeta.

A continuación, un extracto de la entrevista.

– ¿Cuáles oportunidades ofrece a Costa Rica una situación como la actual?

– Costa Rica es un país que hasta el momento ha enfrentado la pandemia mucho mejor que otros. De esos logros, algunos de los cuales son fijos y otros están en este momento en jaque, nosotros sacamos un posicionamiento. Para empezar, es un recordatorio al mundo de que este es un país que tiene la solidaridad, la solidez institucional y la capacidad organizativa para que quienes están aquí, como turistas, estén seguros, para que quienes operan aquí tengan una cierta base, con ciertas garantías. Le recuerda al mundo, además, que Costa Rica es así porque ha hecho ciertas cosas buenas, con valores positivos, lo que me trae a la lucha por el medio ambiente, por la preservación de la paz, por la preservación de la democracia, por la búsqueda de la equidad, por tener un sistema de salud que nos cubre a todos y nos cubre bien.

“Significa que también somos buenos socios, somos socios confiables, que somos un país digno de ser un socio cercano de los demás países”.

– ¿Qué oportunidades, basados en eso, hay en el mercado?

– En el futuro, la pandemia va a hacer, por ejemplo, que el turismo seguro sea algo que la gente busque. Qué tan seguro estoy si viajo a ese destino. Costa Rica compite por turismo de aventura, por turismo ecológico tropical con países que tienen eso mucho menos resuelto y el hecho de que una persona en Costa Rica puede sentirse segura me parece que puede ser un diferenciador importante.

“Segundo, la pandemia ha servido para que el proceso de digitalización del mundo, de digitalización de todas las actividades, que ya iba a pasos agigantados, se acelere. Y bueno, Costa Rica ya tenía un posicionamiento en esas actividades, en el sector de alta tecnología, en el sector de economía digital, en el sector de tecnología de la información, en el de localización de servicios básicos o de servicios corporativos.

“Tercero, me parece que si algo hemos aprendido los seres humanos en estos tres meses que llevamos y los posibles 12 meses que nos faltan de reclusión es que los valores de las cosas son importantes y, por lo tanto, hay más espacio para que la gente escoja un producto costarricense en lugar de un producto de algún otro país, porque Costa Rica representa y respalda las cosas correctas.

“Además, hay una opción más oportunística, más de corto plazo, en el hecho de que tanto por politiquería como por algunas razones más de fondo los vínculos transpacíficos pueden haberse debilitado. Entonces, mucha actividad productiva vinculada con Occidente (como empresa o como mercado) pero que hace una gran parte de sus proceso productivo vinculada a Asia, va a querer volver ese proceso a lugares más cercanos geográficamente, a lugares más diversos y ahí Costa Rica, si se agiliza, tiene las de ganar”.

– ¿Cuáles debilidades de Costa Rica dejó al descubierto esta pandemia?

– Me parece que descubierto no es la palabra correcta, porque son cosas que ya hemos visto. La principal debilidad es que el país se puso a sí mismo en esta posición fiscal tan frágil. Estamos en general –pese a la reforma fiscal, que fue una solución importante– todavía teniendo pendientes de esa reforma que se había ambicionado, como la ley de empleo público.

”En este momento, la debilidad fiscal es otra vez una preocupación importante, que obliga a tomar medidas y que obliga a que el país vuelva a enfilar a un proceso de acuerdo con el FMI (Fondo Monetaro Internacional) como aquel que tuvimos entre 1982 y 1997, y que teníamos 23 o 24 años de no tener”.

– ¿Dado que es un país abierto, encuentra debilidades en el tema comercial?

– La más importante es una serie de temas estructurales en el mercado centroamericano que no tenemos resueltos. Desde la dependencia logística de una única modalidad de transporte de la carga, en la cual Nicaragua es el peaje que tenemos que pasar para llegar a los mercados más grandes, a la ausencia de una alternativa marítima y de un sistema acordado entre los cinco países del Mercado Común Centroamericano, de transbordo de carga, y la ausencia de mejores relaciones con los vecinos para hacer más fluida la toma de decisiones.

”La otra debilidad que queda manifiesta no es solo en Costa Rica sino en todo el mundo. Es que, efectivamente, para ciertos insumos, existe un solo proveedor o se pueden tener muchos proveedores, pero todo está en el mismo lugar”.

– Del otro lado, ¿cuáles fortalezas tiene el país de cara a esta situación?

– La más importante es que Costa Rica logró hacer una diversificación, una transformación de los productos que exporta. Ya no están concentradas las exportaciones en dos o tres cosas como hace 20, 30 o 40 años. Ya no son cosas sencillas como commodities, ya no son solo productos que utilizan mano de obra no calificada.

”Y el hecho de que estén tan diversificadas las exportaciones significa que el derrumbe de un mercado, porque el producto en cuestión deje de ser permeable durante la pandemia, no significa el derrumbe de todas las exportaciones”.

– ¿Qué hacer para aprovechar al máximo las fortalezas?

– Lo primero es parar esta tontería ideológica recurrente de tener que estar discutiendo aquellas cosas que hicimos bien, si hay o no hay que dejar de hacerlas. Las olas están sumamente complicadas como para, todavía, estar oyendo a estas alturas cosas de proteccionismo, cosas de aislacionismo, voces que tratan de reducir en vez de aumentar la inversión extranjera en un país donde es tan claro que esos esfuerzos dieron frutos.

”Tenemos que retomar una agenda para terminar de integrar la economía al mundo, de terminar de fortalecer nuestra seguridad jurídica con el mundo, de ser más atractivos a la inversión para poder atraer más empresas.

“Lo más importante para mí es que hoy en día hay mucho más oportunidad para personas calificadas en Costa Rica. Gracias a Dios, ese porcentaje de gente con ese acceso empezó a quedarse corto porque la demanda, la oportunidad para la gente, creció.

“Me parece que hay otros problemas que tenemos que atender. Retomar la agenda para una mejora sistemática de la infraestructura, un tema en el cual don Rodolfo Méndez ha avanzado mucho en esta Administración. Pero deber ser un tema que atendiéramos más sistemáticamente.

“Atender los problemas que provoca el costo de la energía en Costa Rica y, si queremos entrar en temas de mucho más corto plazo, encontrar maneras de poder operar de una forma activa pero segura, pese a la pandemia, con las actividades productivas y, entre ellas, con mucha importancia, el turismo”.