Eduardo Lizano: ‘Al Banco Central no le gusta mucho que haya varios objetivos’

Diputados de diferentes fracciones impulsan una reforma para que el BCCR incluya el pleno empleo junto a la baja inflación como dos de sus objetivos primarios. Eduardo Lizano advierte de que esto podría tener un efecto adverso

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La posibilidad de ampliar los objetivos del Banco Central de Costa Rica (BCCR) para promover el pleno empleo junto a su mandato actual, de mantener baja la inflación, implica un dilema para la política monetaria y no es un tema que agrade a la institución, como lo manifestó Róger Madrigal, presidente del emisor, durante una interpelación en la Asamblea Legislativa.

Otros economistas se muestran escépticos ante la propuesta que plantea una reforma legal que está presentada en el Congreso. Entre ellos figura Eduardo Lizano, expresidente del BCCR, quien resaltó que para la autoridad en materia monetaria resulta más cómodo velar solo por la estabilidad de precios en el país.

El economista indicó a La Nación que el objetivo de mantener una baja inflación y estimular el empleo implicaría una disyuntiva. Por ejemplo, citó que en un periodo de alza de precios, el BCCR debería aumentar la tasa de interés, lo cual iría en contra del objetivo de promover el empleo.

“Al Banco Central no le gusta mucho que haya varios objetivos (de política monetaria) porque con frecuencia un instrumento ayuda a un objetivo, pero perjudica al otro”, recalcó Lizano.

Este diario consultó al exjerarca sobre los objetivos que debe priorizar la institución, después de que varios legisladores expusieron, este lunes, tras el informe de labores presentado por Róger Madrigal, la necesidad de apoyar el proyecto de ley 23.165 para reformar la Ley Orgánica del Banco Central. Esta propuesta incluye la generación de empleo como uno de los objetivos principales del BCCR, además del control de la inflación.

La iniciativa legal fue presentada en junio del 2022 por la bancada del Frente Amplio y está en la Comisión de Asuntos Hacendarios. El principal argumento para modificar la norma legal es que limitar la política monetaria a la estabilización de precios como objetivo central no garantiza el crecimiento económico.

Discrecionalidad

Para Eduardo Lizano, aunque existan varias metas, el Banco Central siempre tiene la discrecionalidad de decidir a cuál objetivo dará más prioridad, ya que no puede otorgar el mismo peso a todos.

El caso más conocido del doble propósito de la política monetaria (u objetivo dual) es en Estados Unidos. Allí, la Reserva Federal (FED) tiene como su principal herramienta las tasas de interés para estimular el empleo y controlar la inflación.

“En Estados Unidos, disminuyen la tasa de interés para abaratar el crédito y se supone que esto aumenta la demanda por préstamos para nuevos proyectos y, por ende, el empleo”, destacó.

Para el caso costarricense, podría darse la controversia de que el Banco Central se vea con las manos amarradas por perseguir un objetivo, pero afectando el otro.

“Hay gente purista que dice que está bien tener varios objetivos, pero el principal, no el único, es la inflación aún cuando la medida aumente el empleo o cause desempleo”, consideró este economista.

El exbanquero central recalcó que la ley actual ordena a la institución monetaria promover el desarrollo económico para lograr la ocupación plena de los recursos productivos, lo cual está ligado a la promoción del empleo.

Para José Luis Arce, economista y expresidente del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), la reforma legal es innecesaria porque el mandato del BCCR de mantener una inflación baja y estable beneficia al mercado laboral al mitigar las fluctuaciones económicas.

Además, agregó que la institución no dispone de otros instrumentos más allá de la tasa de interés y el manejo de las condiciones de liquidez para acelerar o desacelerar la actividad económica.

“Por más que los diputados modifiquen las leyes que deseen, un banco central moderno seguirá haciendo exactamente lo mismo: usar su postura monetaria para mitigar el ciclo económico y las presiones inflacionarias”, explicó Arce.

El gran riesgo del cambio, destacó, es abrir espacios para manejos irresponsables, como caer en los espejismos de la expansión monetaria para un crecimiento mayor o, de manera opaca, financiar los desbalances fiscales.