Empresa familiar en Costa Rica está contra las cuerdas por retención de barco en El Salvador

Situación también angustia a importadores de llantas y tiendas departamentales, pues desabastecieron el mercado, incumplieron contratos y ahora temen pérdidas de clientes

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“Yo tuve que buscar ayuda psicológica. Le soy honesto, porque, si no, de verdad, me hubiera vuelto loco”.

Así resume Mainor Montero Salazar la angustia que vive en su empresa familiar Zorollo S. A. por el impacto que le causa la retención de mercancías en un baro anclado en El Salvador desde el 14 de setiembre.

La empresa de Montero tiene cuatro contenedores en el Caribbean Express, con láminas de metales expandidos que ya deberían haber llegado a puerto Caldera, Puntarenas. El atraso ha causado que un 50% de las líneas de productos que distribuye ya las tenga agotadas y que suceda lo mismo con otro 25% en el plazo de una semana.

La situación ha llevado a Zorollo a un punto de casi no poder pagar el alquiler de la bodega donde tiene los materiales y productos en venta, aseguró su propietario.

El Caribbean Express no puede zarpar de Acajutla, en El Salvador, porque al entrar a aguas cercanas al puerto se le cayeron unos 21 contenedores. La Autoridad Portuaria de Salvador impuso una multa de $5 millones, por el rescate de los embalajes, el peligro en el puerto y una eventual contaminación.

Ese conflicto mantiene el buque en el sitio desde el 14 setiembre, mientras empresarios costarricenses que tienen carga ahí viven sin tener claro lo que pasará con sus mercancías. El miércoles 27 de octubre, las autoridades salvadoreñas reiteraron el requisito del pago de la multa para permitir la salida del buque.

Así como Zorollo S. A., empresas como El Rey, Tire Kingdom, Casoma, Llantas Detalle Total Automotriz (con sede central en Esparza) y hasta Dos Pinos, pasan por una larga espera sin saber cómo traerán su mercadería a Costa Rica. En unos casos se dejó de abastecer el mercado, en otros se incumplieron contratos y se teme que el efecto final de pérdida de clientes sea mayor que las consecuencias económicas.

En todos los casos se repite la queja de que las navieras, desde setiembre, les dicen que el barco está pronto a llegar, que hay negociaciones y que la solución viene pronto.

Caribbean Express es un buque que presta un servicio como dice su nombre: exprés, es decir, consolida carga para varias navieras. Es como un bus al cual suben diversos pasajeros, explicaron, por separado, Esteban Rodríguez, gerente de transporte internacional del operador logístico Grupo Servica, y Edgardo González, presidente de la Cámara Costarricense de Navieros (Nave).

En el transporte marítimo, agregaron, los buques son propiedad de una compañía, otra firma es la que los opera y las navieras son las que contratan el servicio de carga, la cual, a su vez, es importada por firmas en cada país.

El barco varado en El Salvador es de bandera de Gibraltar, fue construido en el 2007 en Alemania, mide 182 metros de largo y 25 de ancho y tiene capacidad para transportar 1.706 contenedores.

Problema con llantas

Un total de 11 contenedores, con unas 16.000 llantas de diversas líneas, importadas por la empresa Detalle Total Automotriz, también están varadas en el barco, explicó el gerente general, Simón Corrales.

El cargamento tiene un valor de unos $500.000 y la consecuencia en el mercado es que la empresa dejó de abastecer a sus clientes en alrededor de 40 líneas de ese producto. Más que la fuerte pérdida económica, Corrales dijo que teme a la posible partida de clientes, que acudan a otros distribuidores, en vista del desabastecimiento que sufre su compañía.

Esta compañía tiene sede central en Esparza, Puntarenas, pero coloca su producto en todas las provincias, excepto en Limón.

El sector de llantas ya venía con algunos problemas de abastecimiento, tanto por la merma en la producción de las fábricas en China como por la escasez de contenedores y el congestionamiento en puertos, dijo el empresario. Agregó que los grandes barcos de China llegan a “puertos madre”, en el caso del Pacífico a Manzanillo, México, donde tienen esperas de hasta mes y medio para hacer el transbordo de la mercadería a los buques que recorren Latinoamérica.

Otros tres contenedores con llantas, esta vez de la compañía Tire Kingdom, están varados en el Caribbean Express, explicó el gerente de Mercadeo de la firma, Alejandro Martín Reyes. Se trata, agregó, de producto en especial para la línea de camiones.

En este caso, dijo, la empresa tuvo que incumplir con obligaciones de licitaciones y debió pedir ampliaciones. En caso de que las entidades públicas no accedan a las ampliaciones, se cobra un multa que puede llegar al 25% del valor del contrato, según el plazo de incumplimiento.

Únicamente un contenedor tiene en ese barco la cadena de tiendas Casoma, pero la consecuencia del atraso es muy fuerte para esta firma. La importación es de estantería para la apertura de una nueva tienda en Heredia. Se alquiló el local (el cual se sigue pagando), se escogió al personal (15 que se quedaron a la espera), se llevó la mercadería y no se logró la apertura, aseveró Maureen Villalta Navarro, gerente de Logística.

También es solo un contenedor con una línea de mercadería el que tiene en el buque la cadena de tiendas El Rey, mientras que Dos Pinos respondió que los productos de ellos viene en cuatro contenedores y se trata de insumos de producción no perecederos y materiales de empaque, por lo que el retraso no implicará una escasez de productos de esa marca para el consumidor.