Recetas artesanales ganan espacio en las listas de compras de los ticos

Empresas gozan de un crecimiento sostenido en sus ventas anuales

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Era 1985 y Noelia de León convertía la cocina de su casa, en San Rafael de Escazú, en un pequeño laboratorio gastronómico. Desde ese momento, el olor a pan recién horneado invadió cada espacio de la vivienda.

Con sus primeras mezclas hizo el Pan Real, que tiene calcio y minerales. Luego llegó el de ajo y perejil. “Decían que era comida de perros”, contó la fundadora de panes artesanales Konig.

En la actualidad, tanto sus 26 tipos de panes, como los productos de otras marcas que se elaboran de forma no industrial, ganan espacio en las compras de los consumidores.

Chocolates, miel, embutidos, carnes, cervezas y quesos, son algunos de los alimentos artesanales con los que las empresas están atrapando más clientes.

Pero, ¿qué es un producto artesanal? Para Ronald Mejías, de la Dirección General de la Pequeña y Mediana Empresa del Ministerio de Economía, una de sus características es que se realizan mayormente a mano.

Es decir, quien lo prepara puede usar equipos o herramientas, pero que no sean industriales ni automatizados.

El proceso conlleva también la transformación de la materia prima, que se usa de forma sostenible y que preferiblemente procede de recursos locales.

En más mesas. Para los empresarios, el negocio de productos artesanales se torna más prometedor con el paso del tiempo. Durante los últimos años registran incrementos anuales en sus ventas de más de un 20%.

La mejoría en las cifras es consecuencia de que son cada vez más los costarricenses que quieren alimentarse mejor, conocer quién lo hace y de qué manera se elabora lo que comen.

Aunado a esto, los consumidores son más exigentes por lo que buscan productos de mayor calidad, sin importar si deben desembolsar un poco más de dinero.

“Ser artesanal es un plus, la gente quiere comer más saludable y los panes artesanales son un complemento para eso”, indicó Minor Jiménez, encargado de producción de Panes Amaranto.

En ese establecimiento duran de 18 horas a 48 horas en el proceso para elaborar sus panes, entre los que están el pan con hierbas, con albahaca y comino y romero.

Por su parte, Konig tarda cerca de 16 horas para hacer sus diferentes elaboraciones. Estas son vendidas en la mayoría de supermercados del país y la empresa espera retomar la exportación de sus productos próximamente.

Chocolates. Otras que gozan de buenos números son las chocolaterías Nahua y Sibú. Ambas elaboran bombones de chocolate, tabletas y otros productos que venden en sus propias tiendas, así como hoteles y algunos comercios.

Nahua tiene ahora entre sus planes ampliar su distribución y la capacidad de producción, mientras Sibú se enfoca en la exportación de sus creaciones.

“Los productos artesanales llevan excelentes ingredientes como materia prima. La tendencia en el mercado es buscar cosas que promueven la buena salud”, dijo George Soriano, gerente general de Chocolate Sibú.

De igual manera piensa Juan Pablo Bucher, dueño de Nahua, quien manifestó que la tendencia de alimentación saludable y con buena calidad influye mayormente en las personas que nacieron después de 1990.

¡Salud! La cerveza artesanal también gana adeptos en el país; esto lo saben empresas como La Cofradía y Treintaycinco,que han aumentado la producción y los puntos de venta, ubicados, mayormente, en la Gran Área Metropolitana (GAM) y zonas costeras.

“El tico está dispuesto a pagar un poquito más para adquirir un producto más diferenciado”, manifestó Andrés Redondo, uno de los socios de La Cofradía.

Con él coincidió Ignacio Castro, gerente de Producción de Treintaycinco, quien indicó que el costo de los productos no es determinante, ya que la cerveza convencional y la artesanal no pueden ser comparadas porque las segundas ofrecen ingredientes innovadores y locales.

Variedad. La lista de compras incluye quesos de leche de cabra, como los hechos por Costa Rica Madery y Finca Caprina 1802, o los embutidos y carnes artesanales de Retana y Salmerón.

“Lo artesanal se hace con estándares muy altos y ahora los consumidores se inclinan menos por los productos industrializados”, señaló Gabriela Rojas, gerente de Finca Caprina 1802.

Ellos producen desde queso tipo feta, crottin , gold , hasta queso de cabra con polen de abeja, entre otros. Se pueden conseguir en supermercados como Saretto o Auto Mercado y los venden directamente a restaurantes.

José Prendas, encargado de Mercadeo y Ventas de Carnes Frías Retana y Salmerón, explicó que los hábitos de consumo de los costarricenses han cambiado y ahora revisan más qué es lo que están comiendo.

“El sabor de los productos, como la pierna de cerdo criolla y el lechón, se diferencia porque los otros pasan por procesos muy industrializados”, destacó.