Pymes acuden a innovación para consolidar exportaciones

Hay huevo líquido, cerveza con agua de manantial, enzimas y ácidos naturales

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Una cerveza artesanal con el concepto de vida de la selva, desechos de piña convertidos en productos para la industria de alimentos, y residuos agrícolas transformados en un ácido sin contaminantes ni patógenos.

Esta es una muestra no exhaustiva de la innovación que pequeñas y medianas empresas (pymes) desarrollan en Costa Rica, con el fin de explorar y consolidar sus exportaciones.

Huevo líquido, piña deshidratada y cacao orgánico son, también, algunos de los productos innovadores.

Esas pymes ya se encuentran exportando sus productos o están a punto de lograrlo, según una información solicitada a la Promotora del Comercio Exterior (Procomer).

Lo diferente. El huevo líquido se logra mediante un proceso térmico de pasteurización y homogeneización, en una planta única en Centroamérica, de la empresa Innovo, en el cantón de Naranjo, Alajuela.

El producto se ofrece con yema y clara, o con estas partes separadas.

El gerente general de la compañía, Ricardo Rojas, explicó que el huevo líquido tiene más duración y que, en Costa Rica, es muy atractivo para empresas de la industria alimentaria, como Pozuelo, Musmanni, Spoon y Walmart.

Ahora están a punto de exportar a Panamá y a República Dominicana (los más posibles) y al resto de América Central.

Cerveza particular. Desde Montezuma, Puntarenas, Re’em Jacob asegura que el secreto de su cerveza artesanal, La Selva, es que contiene un concepto de vida en armonía con la naturaleza. La bebida está hecha con agua pura de manantial; ya se saborea en Canadá y se está negociando con Panamá y Nicaragua. Además, se ofrece en toda Costa Rica, en diversos comercios.

Marcelo Castro y otros tres estudiantes de Biotecnología del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), se dieron a la tarea de extraer el ácido hialurónico, sin contaminantes y sin patógenos, que se usa en la industria de cosméticos y de alimentos. El químico se obtiene de subproductos de la industria agrícola y de alimentos.

Para ello, fundaron la empresa Magenta Biolabs e iniciaron la investigación.

Según Castro, el producto se desarrolla en tres calidades: cosméticas, como cremas antiedad o para rellenos faciales; en cirugías oftálmicas y úlceras bucales, para ayudar a la recuperación de los pacientes, y para problemas de artritis u osteoartritris. Varias grandes multinacionales están interesadas en desarrollar el producto.

En esta misma línea, Daniel Méndez, Kevin Gamboa y otros estudiantes de Biotecnología de la Universidad Nacional llevan adelante, en Liberia, Guanacaste, la empresa Reutipiña. Utilizan el rastrojo y otros residuos de la piña para extraer la enzima bromelina, de uso frecuente en las industrias farmacéutica, alimentaria y cosmética.

Tres transnacionales están interesadas en su creación.