Los emprendimentos sociales tomaron relevancia

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Dos personas se ponen de acuerdo, aportan unos ahorros y abren una pulpería. En esa o en mayor escala, en eso consiste lo que la mayoría de las personas entienden por empresariedad o emprendimiento.

Hoy, en cambio, hablamos mucho de emprendimientos sociales. Es lo mismo, solo que en vez de buscar el lucro personal, se busca el bien común. ¿Y entonces no hay ganancia individual? ¡Cómo que no! Para quien tiene como uno de sus valores el contribuir al bien común, la acción en un emprendimiento social trae en sí su propia ganancia, y ni se diga los resultados cuando empiezan a producirse.

Una sociedad pobre, donde es difícil sobrevivir, hace que forzosamente sus miembros inviertan una gran cantidad de tiempo y esfuerzo a obtener los medios para satisfacer sus necesidades de mayor urgencia, las cuales son, preferentemente, físicas: comida y abrigo.

Esta sociedad nuestra, especialmente para un grupo importante de personas educadas, ya ha superado esa etapa y entonces está empezando a producir el excedente de tiempo y esfuerzo como para que se lo dedique al bien común.

Se ven trazas, también, de otra circunstancia que es propicia al emprendimiento social: una sensibilidad que cambia el centro de gravedad desde la acción egoísta hacia la acción generosa.

Se trata de personas que posiblemente han recibido tal impulso en su primera infancia, o que se hacen eco del descontento mundial con el consumismo, o que nacieron en un mundo donde empezaba a abrirse paso la noción de que este planeta azul y sus habitantes, estén donde estén, deben ser cuidados.

Cómo mejorar la seguridad, cómo hacer para que los estudiantes aprovechen su formación, cómo apoyar a los maestros, cómo introducir hábitos saludables, cómo hacer las ciudades más vivibles, cómo mejorar la política, cómo aumentar la eficiencia de las entidades públicas, cómo mejorar la educación superior, cómo hacer más sostenibles los procesos productivos. Todos estos, son campos de acción para los emprendimientos sociales. Y en esa empresa se están embarcando más y más talentos nacionales. Buen augurio para el futuro.