Hospedajes aprovechan el teletrabajo para generar ingresos en la ‘temporada cero’

Familias costarricenses están reservando espacios cerca de la playa o la montaña, por periodos semanales o incluso más extensos, para cambiar de aires en la cuarentena y relajarse sin dejar de cumplir las responsabilidades laborales

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La oferta de espacios para realizar teletrabajo desde la playa o la montaña no solo se ha convertido en una buena idea para que las empresas turísticas generen algo de ingresos en la “temporada cero”, que provocó la pandemia; también ha sido una válvula de escape para las familias que buscan un cambio en la cuarentena.

Varios empresarios lanzaron opciones de hospedaje en medio del confinamiento. ¿Le gustaría pasar unos días diferentes con sol, playa, piscina, naturaleza, palmeras, caminos rústicos, sin dejar de trabajar?

Así presentan la oferta las empresas, principalmente en apartamentos o cabañas, con garantía de una excelente conexión a Internet, con equipo para cocinar, lavar y otras necesidades, a precios accesibles y, lo más relevante, que no afecte el trabajo.

La idea está tomando fuerza luego de la reapertura controlada de los centros de hospedaje, a partir del 15 de mayo, con los establecimientos de menos de 20 habitaciones. El objetivo es aprovechar pausas laborales durante el día, muy relevantes según los especialistas, para observar los atardeceres, ir al mar antes de las 8 a. m., andar en bicicleta o darse un chapuzón en la piscina.

En este tipo de teletrabajo, igual al que se hace desde el hogar, lo más importante es programar la rutina diaria y que los familiares la conozcan, de tal manera que queden claros los horarios laborales y las pausas, explicó Cristina Cubero, directora de Consultoría de Capital Humano de la firma Deloitte.

Recordó que la ley no limita el lugar desde el cual se puede hacer el teletrabajo. El reglamento y la ley, detalló, únicamente regulan el término distancia, así que se puede hacer donde usted quiere, en la playa, en un café, en la casa, en la montaña, etc.

Como se trata de reiniciar con nuevas ideas y atraer clientes, los empresarios del hospedaje dicen que dan tarifas especiales para periodos de cuatro días, una semana o más tiempo. Afirman que en periodos más extensos, como un mes, el precio cae entre 40% y 50% respecto al valor de la estadía por pocos días.

Casos con este tipo de oferta son las empresas Panorama, en Playa Bejuco de Parrita; Cabañas Bambura, en Playa Hermosa, Bahía Ballena de Osa; Casa Nirvana, en Playa Blanca, Junquillal de Santa Cruz; el hotel Tamarindo Dreams, en Playa Langosta; el hotel Santa Teresa, en Cóbano; o las cabañas Mi Jardín, en El Jardín de Dota.

Nuevos aires

En Playa Bejuco, en Parrita, concretamente en el condominio El Rincón, la empresa Panorama es propietaria de varios apartamentos. Esa compañía los alquilaba antes de la pandemia bajo la modalidad de turismo, pero con la reapertura buscaron una nueva idea para relanzarse, dijo Alexandra Sánchez, su representante legal.

Ahora los promocionan en la modalidad de teletrabajo y no tanto de vacacionar. “Le dimos la vuelta al asunto. Ahora no hay necesidad tanto de vacaciones sino que, después de tantas semanas en cuarentena, el cliente necesitaba un cambio de ambiente, mientras sigue en sus labores”, explicó Sánchez.

El cliente viene con una sintonía de que vengo a trabajar en un espacio, pero cuando tengo tiempos libres, de 20 minutos, voy a la piscina a asolearme, tomo la bicicleta y voy por las callecitas de lastre, donde hay palmeras, puedo salir a ver al atardecer en la playa y en las mañanas usar el mar, detalló la empresaria.

En este sitio, dijo se puede trabajar dentro del apartamento, al lado de la piscina o en un coworking space especialmente acondicionado. El cliente escoge entre cocinar, ir a restaurantes cercanos o hacer pedidos exprés.

Sánchez asegura que la estrategia ha sido muy exitosa y que ya ha tenido reservaciones para una semana y hasta para un mes. Contó del caso de una familia donde el padre estuvo trabajando y dos hijos recibiendo clases virtuales.

En la misma costa del Pacífico pero más hacia el sur, en Playa Hermosa de Bahía Ballena, cantón de Osa, y muy cerca del pueblo de Uvita, Cabañas Bambura ofrece unidades totalmente equipadas, a poca distancia de la playa y con un panorama de bosque.

Karol Chinchilla, propietaria de ese emprendimiento, explicó que vieron la oportunidad de brindar espacios a personas o familias que tienen mucho tiempo encerradas, haciendo trabajo remoto, el cual pueden continuar desde un sitio diferente.

En Uvita se pueden realizar comprar en supermercados si el cliente prefiere cocinar, pero también en ese pueblo hay diversidad de opciones para comida exprés, añadió.

Mientra tanto, la empresa NEI Costa Rica promociona tres opciones. Casa Nirvana, en Playa Blanca, en Junquillal de Santa Cruz; villa en Tamarindo Dreams, en Playa Langosta, a un kilómetro de Tamarindo; y villas en el hotel Santa Teresa, en Cóbano, Puntarenas, informó Federico Umaña, gerente de la firma.

En el caso de la montaña, en El Jardín de Dota puede encontrar, en medio bosque nuboso, dos cabañas. Una en un terreno de más de 5.000 metros cuadrados (m²), con senderos en la finca, y la otra en un terreno de 2.500 m². El cultivo de frutas exóticas, como ciruelas y melocotones en esos terrenos es otro de los atractivos.

En ese sitio, llamado Cabañas Mi Jardín, Coopesantos se encarga de que no haya problemas con la conexión a Internet, dijo el propietario de los terrenos, Manuel Abarca.