Roberto Bruno, gerente general de Soda Tapia, afirmó este viernes 22 de octubre que desde hace un tiempo la empresa enfrenta algunas dificultades que la hicieron caer en morosidad ante la Dirección General de Tributación y, en consecuencia, ser objeto de la clausura temporal de sus cinco locales.
“Ninguna empresa está exenta de atravesar una crisis y nos tocó a nosotros hacerlo en los últimos años. Indudablemente la pandemia que vive el mundo y el país por el virus SARS covid-19 sólo vino a contribuir a que la situación fuera más caótica y no podemos negar que tantos meses con cierres intermitentes y horarios limitados han cobrado una tarifa enorme”, expresó el empresario, en un comunicado difundido este viernes 22 de octubre.
Bruno se refirió en la nota a la situación de los locales comerciales cerrados por el fisco, desde el pasado miércoles 20 de octubre, a raíz del incumplimiento en el pago de impuestos.
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Agregó que atienden la medida administrativa impuesta por Tributación y esperan reanudar, el próximo lunes 25 de octubre, las conversaciones con dicha entidad con el fin de analizar la ruta para cancelar los dineros pendientes de pago. Ese mismo día la compañía podrá reabrir sus restaurantes.
En el portal de Administración Tributaria Virtual (ATV), del Ministerio de Hacienda, se detalla que la Soda Tapia S. A. reporta un saldo de pendiente de pago por ¢176.601.767 correspondiente a los impuestos sobre el valor agregado (IVA), el tributo sobre las utilidades, el impuesto de retenciones a la fuente y el Timbre de Educación y Cultura.
Los incumplimientos corresponden a cinco meses del 2018, todo el 2019 y tres meses de este año.
“Esta sanción es sólo una motivación adicional para continuar por la senda del trabajo y cumplir con nuestro objetivo de cancelar el dinero adeudado y mostrar a nuestra clientela y equipos de trabajo la cara que le demostramos por 50 años antes de entrar en este bache”, afirmó Bruno.
El Gerente de Soda Tapia confirmó que, este jueves 21 de octubre, se reunieron con los trabajadores de los restaurantes para para explicarlas las circunstancias de la empresa y atender consultas de las personas.
“Evacuamos todas las dudas que tenían, por ejemplo, si la empresa iba a pagar los salarios a pesar de estar cerrada y, por supuesto, la respuesta fue afirmativa. Es normal en estas situaciones la suspicacia y también el temor pero hacemos el esfuerzo de informar a nuestros equipos de trabajo para que no sientan duda que nuestro compromiso es absoluto”, agregó el empresario.