La empresa japonesa Fujifilm está inyectando 4.500 millones de yenes (unos $29,8 millones) en una planta de producción de películas para satisfacer la creciente demanda de sus cámaras instantáneas marca Instax.
Instax, que celebra el 25 aniversario de su lanzamiento en noviembre, se ha vendido en más de 100 países y las ventas se mantienen fuertes a pesar del cambio a lo digital, por lo que se añadirá una nueva línea de producción a una fábrica en Minami-Ashigara.
Esa ubicación se encuentra en la prefectura de Kanagawa, en las afueras de Tokio y sus operaciones comenzarán en fases a partir del otoño del 2024 para aumentar la producción cinematográfica en un 20%, según informó el periódico The Asahi Shimbun.
Junto con el gasto de Fujifilm de 2.000 millones de yenes (unos $13,8 millones) para aumentar la producción en el 2022, se espera que la producción aumente un 40% con respecto a los niveles del año fiscal 2021.
Las cámaras Instax se vendieron por primera vez en 1998 y las ventas anuales llegaron a caer en algunas épocas a 100.000 unidades debido, en parte, a la difusión de sus contrapartes digitales, pero Instax se ganó una amplia gama de seguidores mediante la introducción de un dispositivo especializado que imprime imágenes tomadas con teléfonos inteligentes en su película.
“Instax está ganando popularidad como herramienta de comunicación”, afirmó un funcionario de relaciones públicas de Fujifilm. Actualmente, estas cámaras vienen con tecnología de realidad aumentada y otras funciones digitales mejoradas, y empresas y equipos deportivos lo utilizan con objetivos comerciales.
Las ventas de la marca superaron los 10 millones de unidades en el año fiscal 2018. Las ventas de cámaras, películas y otros productos en la sección de imágenes de Fujifilm para el año fiscal 2022 crecieron un 23,1% interanual, mientras que sus ganancias operativas se dispararon un 97,1%.