Concentración de negocio de las cervecerías hace espuma

Tras décadas de consolidación, hay obstáculos para las cervecerías que quieran ampliarse con megaacuerdos.

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Cuando Anheuser-Busch InBev actuó para asumir el control total de la cervecería mexicana Modelo, pensó que sería pan comido.

La mayor cervecería del mundo ya controlaba Modelo con una participación del 50%, y sellar su propiedad representaría poco cambio en el paisaje competitivo.

Pero los reguladores antimonopolio de Estados Unidos protestaron, temiendo que la compañía agrandada pudiera elevar el precio de marcas populares como Corona. Solo después de un año de negociaciones y promesas de completar dolorosas ventas de activos Anheuser-Busch InBev obtuvo la aprobación para el convenio de $20.000 millones del año pasado.

Ahora, mientras la industria cervecera mundial se prepara para otra ronda de potencial consolidación, ese episodio proyecta una gran sombra sobre las aspiraciones imperialistas de los gigantes cerveceros restantes.

En setiembre, Heineken anunció que había rechazado una oferta de adquisición de SABMiller, la segunda compañía cervecera más grande del mundo. Y aunque ese convenio quizá nunca se daría, el intento de SABMiller de ampliarse a través de una adquisición pudiera producir otra ronda de negociación de acuerdos.

“Definitivamente hay espacio para más megaacuerdos”, dijo Marc Levit del Demeter Group, una firma asesora que se enfoca en la industria de las bebidas. “Tiene mucho sentido para aquellas que buscan el crecimiento internacional, y sucederá inevitablemente”.

La siguiente ronda de acuerdos quizá no sea tan fácil como la anterior. Tras décadas de consolidación, hay obstáculos para las cervecerías que quieran ampliarse a través de megaacuerdos.

Los reguladores son recelosos de que las grandes compañías se vuelvan más grandes. Anheuser controla actualmente alrededor de 21% del mercado cervecero mundial. Si SABMiller adquiriera Heineken, también dominaría alrededor de 21%. Y la mayoría de los blancos restantes, como Heineken, son controlados por familias que parecen renuentes a vender.

Pese a estos desafíos, los analistas creen que Anheuser y SABMiller intentarán forjar acuerdos en los próximos meses y años.

“Con las tasas de interés en niveles históricamente bajos y desaceleradas tendencias de crecimiento orgánico en muchos mercados, creemos que las condiciones están maduras para un aumento en las fusiones y adquisiciones”, dijo Simon Hales, analista de Barclays, sobre la industria cervecera.

Los titanes cerveceros que buscan crecer también están haciendo frente a los hábitos cambiantes de los consumidores en algunos de sus mercados principales y más maduros, como Estados Unidos.

La más grande y más poderosa fusión seria una potencial combinación de Anheuser y SABMiller. Aunque Anheuser ya ha considerado el convenio, no está trabajando en una oferta por SABMiller ahora, según personas informadas de los planes de la compañía.

La expectativa de más acuerdos entre cervecerías hizo subir los precios accionarios de varias compañías, incluidas Anheuser, SABMiller, Heineken y Molson Coors.

Pero cualesquiera que hayan sido los obstáculos regulatorios que afrontó Anheuser para lograr la aprobación de su acuerdo por Modelo, serían pequeños comparados con la resistencia que enfrentaría tratando de adquirir SABMiller.

Por lo menos se esperaría que Anheuser, que produce Budweiser y Bud Light, se deshiciera de Miller Lite, la segunda marca de cerveza ligera más grande del mundo detrás de Bud Light.

Aunque eso suene abrumador, Anheuser tiene un historial de sacar asombrosos dividendos a las compañías que adquiere. Controlado por el grupo brasileño detrás de 3G Capital, que también controla Heinz y Burger King, Anheuser tiene reputación de recorte eficiente de costos, y los analistas creen que aún después de vender marcas como Miller Lite, Anheuser pudiera hacer funcionar un convenio.

Si ocurriera una combinación de Anheuser y SABMiller, crearía una compañía probablemente valuada en más de $200.000 millones. También daría una oportunidad para que otros compradores, como Molson Coors, se hicieran de marcas rentables como Miller Lite.

Eso daría a Molson Coors, valuada en unos $13.000 millones, la oportunidad de crecer. Carlsberg, otra cervecería independiente de tamaño mediano, estaría bien posicionada para adquirir cualquier desinversión en Europa.

Pero es improbable que Molson Coors y Carlsberg sean blancos para SABMiller y Anheuser. Como Heineken, son controladas por familias fundadoras que parecen no estar interesadas en vender ahora.

En el caso de que Anheuser no actúe para adquirir SABMiller, pudiera ocurrir otro tipo de megaacuerdo. SABMiller ha tropezado en los últimos trimestres, y analistas dijeron que el intento de adquirir Heineken podría haber puesto a la compañía en juego.

Diageo, el productor de licores detrás de marcas como Johnnie Walker y Smirnoff, ya produce Guinness, y ejecutivos en la compañía han dicho que estarían abiertos a ampliarse más en la industria cervecera y pudiera surgir como un posible licitador.

“Se está convirtiendo en un tablero de ajedrez mundial”, dijo Joe Thompson, presidente del Independent Beverage Group.