Ciudad que vio nacer a Volkswagen se prepara para lo peor

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Wolfsburgo AP Wolfsburgo es una ciudad creada por Volkswagen. No son exageraciones: los nazis la pusieron en el mapa en 1938 para construir el “auto del pueblo”.

La ciudad se enriqueció con el bum de posguerra de la compañía y hoy las dos son inseparables. Hay un club de fútbol que lleva el logo VW y que juega en el Estadio Volkswagen; la sede y las fábricas de la casa automotriz ocupan buena parte de la ciudad. Hay un banco, una inmobiliaria e incluso una fábrica de salchichas Volkswagen.

Por eso, cuando se reveló que la empresa había hecho trampa en las pruebas de emisiones de Estados Unidos, todo el mundo en esta ciudad se preocupó.

“La gente está medio deprimida, cortarán muchas cabezas y no solo en las altas esferas”, expresó Mark Graff, de 65 años, mientras espera por fuera de la fábrica de la empresa que termine el turno de su hija.

Nadie sabe qué esperar, pero la mayoría piensa que los próximos meses serán duros ya que la empresa tiene que hacer frente a una cantidad de entuertos, al tiempo que intenta restaurar su imagen. La Municipalidad, por de pronto, ya congeló los gastos y la contratación de personal.

Renombrada Wolfsburgo en 1945, en alusión a un castillo vecino, la ciudad cuenta hoy con 120.000 habitantes y unas 70.000 personas trabajan directamente para VW.

La mayoría de las personas que salían de la planta se negaron a comentar la situación y dijeron que apoyaban a la empresa.

“Vaya a Mercedes, ellos también tienen sus trapitos sucios”, alcanzó a decir un hombre de mediana edad con la camisa de VW, que no quiso identificarse.

Es una actitud comprensible si se tiene en cuenta que Wolfsburgo, que se encuentra en la carretera que une Berlín y Hanóver en el norte de Alemania, es la ciudad con finanzas más sólidas del país gracias a Volkswagen.

Volkswagen AG podría tener que pagar hasta $18.000 millones en multas en Estados Unidos por haber construido 482.000 vehículos con una tecnología que permite burlar los controles de emisiones. Otros países, incluido Corea del Sur, están investigando los autos de VW y en Estados Unidos ya se han radicado demandas colectivas.

No está claro qué tan difundido estuvo el uso de esa tecnología, pero VW dice que 11 millones de vehículos de todo el mundo lo tienen.

En principio, VW ha reservado 6.500 millones de euros (7.300 millones de dólares) para cubrir los costos de esta crisis y “recuperar la confianza” de la gente. No está claro si ese dinero incluye lo que se debería pagar en concepto de multas.

A nivel nacional, el economista de ING Carsten Brzeski dijo que no se sabe a ciencia cierta en estos momentos cuál será el impacto de la crisis en la economía alemana, pero “está claro que, como propietaria de marcas en siete países europeos y teniendo el 13% del mercado mundial, esto ser hará sentir”.

“En Alemania VW emplea más de 270.000 personas”, destacó. “Si se agregan los proveedores, VW genera el 1,5% de los empleos y su impacto en el crecimiento es mayor todavía”.

Por ahora, la fábrica de VW en Salzgitter ha eliminado un turno por semana y la división de servicios financieros ha congelado las contrataciones.

En Wolfsburgo, el alcalde Klaus Mohrs anunció esta semana que se congelaban los gastos y las contrataciones, y que se suspendían los nuevos proyectos por ahora.

“Si bien la ciudad no tiene deudas y hemos tomado medidas de contingencia, seguramente recibiremos muchos menos impuestos comerciales”, manifestó en un comunicado. “Es demasiado pronto como para hacer números, pero es obvio que este año nos vamos a tener que arreglar con menos”.

Michael Wilkens, director de la Cámara de Comercio de Wolfsburgo, dice que los lazos entre la ciudad y la empresa son muy sólidos.

“Estamos atravesando por una fase dura, pero espero que al final de todo esto VW sea una firma más fuerte todavía”, declaró.

En la escuela secundaria Carl Hahn, que enseña administración de empresas y que se encuentra pegada a la planta de VW, estudiantes que planeaban trabajar para la casa automotriz ya no están tan seguros.

“Pensaba que me iría a trabajar para VW, pero eso no luce tan tentador en estos momentos”, comentó Tobias Batzdorfer, de 17 años.

“No creo que VW vaya a quebrar. Es demasiado grande”, añadió. “Supongo que va a haber una fase en la que van a perder dinero y que después de un par de años van a reponerse”.