Álvaro Cedeño: Redes de sentidos

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Posiblemente los seres humanos se sirven de las redes desde tiempos inmemoriales. Nuestro ser social así lo reclama y lo posibilita. Sin embargo hoy, cuando hablamos de redes, todos nos imaginamos que se trata de redes virtuales.

Una red es un conjunto de entidades que crea valor para todas ellas, valor que se concreta en la satisfacción de alguna necesidad. En algunas, unos aportan y otros disfrutan, como cuando preguntamos dónde se encuentran las presas en esta mañana de lunes.

En este caso, el receptor se beneficia de la información que otros conductores han estado aportando desde horas antes. En otras, todos aportan y disfrutan, como en una red donde los consumidores circularan información sobre los precios de un producto dado.

En algunas redes solo encontramos datos. Ahí encontramos descripciones de artículos, su precio, y a dónde acudir si estamos interesados. Por ejemplo en una red de compra y venta. En otras podríamos encontrar información, o sea, datos articulados como sería por ejemplo si la red de compra y venta nos diera los precios y nos alertara sobre la forma cómo podrían variar debido a cambios en la oferta que tuviera detectados.

La información tendría la forma de conviene no comprar hoy porque la semana entrante podría estar a mejor precio. Ni los datos ni la información nos cambian.

En otras redes podríamos encontrar conocimiento: si su sala es de tal tamaño, le conviene pensar en mobiliario de estas dimensiones ya que la proporción cómoda entre espacio total y espacio cubierto por muebles es tal o cual. En este caso el conocimiento sí nos cambia. Sabiendo eso que acabamos de aprender sobre espacio y mobiliario, en adelante, seremos diferentes.

Finalmente una red podría aportarnos sentido. Imaginemos una red en la cual mostráramos nuestros objetivos personales y obtuviéramos preguntas y reflexiones que nos ayudaran a aclarar para qué queremos eso que queremos y de esta manera nos ayudaran a dirigir nuestros esfuerzos hacia lo que más vale la pena.

Esto no solo nos ayudaría a encontrar menos presas en nuestro camino hacia el lugar de trabajo, sino que nos ayudaría a enfocar nuestros afanes.

Los datos están ahí afuera. Son lo que son. La información y el conocimiento obtienen su significado de la realidad. Pero el sentido viene de dentro. El dato es verdadero o falso. El conocimiento es coherente o incoherente, pero el sentido es como la huella digital. No hay huellas correctas o no.

Cada ser humano es una realidad singular. Una chispa única. El sentido es el para qué de esa chispa. Dependiente de los anhelos, de las aptitudes de cada uno. Es la firma autógrafa que vamos haciendo al vivir.