Alquiler privado a corto plazo en Nueva York es fuente de ingresos y disputas

Los que rentan este tipo de hospedajes y quienes lo ofrecen se benefician pero las autoridades se oponen porque priva a la ciudad de recursos provenientes de impuestos, perjudica al sector hotelero y presenta riesgos de seguridad

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Cada noche, algunos habitantes de Nueva York limpian su apartamento, lavan el baño y preparan la cama, pero no para sí mismos, sino, para gente que viene de visita proveniente de todas partes del mundo.

Esto, según las autoridades, no solo es ilegal sino que le priva a la ciudad de recursos provenientes de impuestos, perjudica al sector hotelero y presenta riesgos de seguridad.

El procurador general de Nueva York pidió a cibersitios donde se anuncian este tipo de hospedajes entregar los datos sobre quiénes ofrecen espacios en alquiler, a fin de investigar si los usuarios están violando la ley que prohíbe el subalquiler por menos de 30 días cuando el ocupante no está presente.

Sin embargo, muchos habitantes de Nueva York, la ciudad más cara del país, dicen que el servicio es sumamente valioso, tanto para los huéspedes como para ellos mismos.

Dicen que el subalquiler es la única manera en que pueden pagar sus rentas mensuales que en Nueva York ascienden en promedio a $3.000 y que pueden superar los $6.000 en las zonas más exclusivas.

“Yo uso Airbnb para completar mi ingreso mensual, y es un ingreso que me ha permitido volver a la universidad a estudiar”, expresó Mishelle Farer, una exsoldado del ejército estadounidense, de 32 años de edad, quien alquila la segunda habitación que tiene en un apartamento en Williamsburg, Brooklyn, por entre $60 y $70 la noche.

Farer dice que paga aproximadamente la mitad de su renta a través de ese negocio, y que le permite connocer gente maravillosa de otros países.

Pauline Frommer, una autora de libros de turismo, dice que Airbnb.com y otros cibersitios como flipkey.com, couchsurfer.com y housetrip.com satisfacen una necesidad en una ciudad donde las tarifas de hotel en promedio ascienden a $275.

“Las tarifas de hoteles en Nueva York son realmente exageradas”, opina Frommer. “La ciudad está llena de turistas y es prácticamente imposible encontrar una habitación de hotel a un precio asequible, así que surgen estas otras alternativas”.

Airbnb afirma que en Nueva York unas 15.000 personas ofrecen hospedaje a corto plazo. Asegura además que el 87% de los anfitriones en Nueva York comparten su espacio con invitados.

Los precios que van desde $35 la noche para un espacio en un estudio en Brooklyn, $60 por un apartamento en un edificio sin ascensor en Times Square, $120 dólares por un apartamento con jardín en la zona de Red Hook de Brooklyn y $ 921 por un galpón equipado con obras de arte antiguas en Tribeca, para citar algunos ejemplo.

Así, los que rentan ese tipo de hospedaje no solo se benefician de las menores taridas, sino también de tener la oportunidad de vivir como un residente local en zonas excéntricas lejos de los trillados lugares turísticos.

En contra. NYC & Company, la agencia de turismo oficial de la ciudad, emitió un comunicado afirmando que esta práctica ilegal le priva a la municipalidad de ciudad de recursos, pues no se cobran impuestos de hotel, y además lleva a la infracción de normas contra incendios y de precaución sanitaria.

Ni funcionarios de la ciudad ni de agrupaciones del sector hotelero ofrecieron una cifra sobre los recursos financieros que la ciudad se está perdiendo a raíz de la práctica.

También agrupaciones de propietarios de bienes raíces desde hace tiempo se han quejado de que los hospedajes privados violan la mayoría de los contratos de alquiler, y además presentan riesgos para el inmueble.

El procurador general Eric Schneiderman, dijo que es una medida excesiva y sin fundamento y que los anfitriones tienen la responsabilidad de apegarse a las leyes donde sea que estén.