Más cafetaleros procesan su grano en busca de mejor precio

En el año 2000 había 94 beneficios; en el 2010 número aumentó hasta 161

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Costa Rica se llena de pequeños beneficios de café, lo cual es parte de su estrategia de diferenciar el grano por calidad y lograr mejores precios en el mercado.

Las cifras lo demuestran. En el período cafetalero 1999-2000 se registraron en el Instituto del Café de Costa Rica (Icafé) 94 beneficios y en el año 2009-2010 la cifra llegó a 161 instalaciones.

Para el período cafetero 2009-2010, las cifras del Icafé indican que 57 de los 161 beneficios procesaron menos de 1.000 fanegas, lo que significa que son muy pequeños. Otros 21 procesaron entre 1.000 y 3.000 fanegas, con lo cual califican de pequeños. Apenas siete de esas industrias recibieron y beneficiaron arriba de 70.000 fanegas, según el Icafé.

Los microbeneficios son instalaciones propias que pequeños cafetaleros colocan en sus fincas. De esa manera no solo participan en el proceso de producción de la fruta, sino que la procesan.

Así, se saltan la etapa del exportador, pues venden directamente a los tostadores en el mercado internacional.

Información del Icafé señala que quienes colocan directamente el café pueden obtener hasta $100 adicionales por quintal (46 kilos) de grano oro o beneficiado, lo que significa un gran estímulo.

Se trata, generalmente, de empresas familiares.

Gran impacto. Luis Ricardo Calderón, ganador de la última edición del concurso de calidad Taza de la Excelencia, explicó que cada año recibe en su finca y microbeneficio La Estrella, en Santa María de Dota, entre 200 y 300 extranjeros, entre estadounidenses, japoneses y europeos.

“Viera que es tan bonito; uno les agarra tanta confianza que los ve como si fueran de la casa. Llegan, les damos cafecito, van a la finca... son personas como uno, muy sencillas”, dijo Calderón.

Con esa práctica, el beneficio La Estrella logra vender directamente a quienes visitan la empresa, sin pasar por los exportadores. El café va directamente a Japón, Estados Unidos o países europeos.

Aunque implica trabajar más, el pequeño cafetalero recomendó a quien pueda que instale un microbeneficio, procese su cosecha y venda directamente a los tostadores.

María Mayela Quesada, de la familia propietaria de la finca y microbeneficio Agrícola El Cafetal, en Lourdes de Cirrí, Naranjo, recordó que el pequeño productor es quien en más gastos incurre para mantener la finca y dar un buen producto.

Por eso, el paso conveniente es procesar su propio café y vender directamente para lograr el mayor beneficio, dijo la empresaria.

Ricardo Hernández, socio del beneficio La Candelilla, en La Sabana de Tarrazú, resaltó que tienen 11 años de haber iniciado la empresa y siempre lograron precios estables y más altos que los del mercado tradicional. “Ese es un muy buen resultado –agregó– desde el punto de vista del valor agregado al producto, el principal objetivo”.

La Candelilla ganó dos premios de calidad otorgados por la empresa Starbucks, lo que afianzó su presencia en el mercado internacional de cafés finos.