El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) no incluyó en el presupuesto del 2012 una partida por cerca de ¢2.000 millones, la cual se traslada anualmente al Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) para financiar parte de los salarios.
La situación puso en alerta al personal del SFE, cuyos trabajadores enviaron una carta a la ministra del MAG, Gloria Abraham, el 9 de agosto pasado.
“...Denunciamos ante usted que se estarían poniendo en peligro los salarios y la estabilidad laboral de los funcionarios...”, dice la misiva promovida por jefes de departamento y secciones del SFE, según consta en el encabezado.
Se estima que el SFE invierte unos ¢8.000 millones anuales en planilla, de los cuales alrededor de ¢6.000 millones son recursos propios y el resto partida del MAG.
Según la misiva de los funcionarios, los pagos relacionados con las horas extras para cubrir el tiempo extraordinario en puestos de ingreso y salida del país, así como con la vigilancia de plagas y enfermedades, también están amenazados.
La ministra Abraham aseveró que el presupuesto para el 2012 “es draconiano” y que se recortarán partidas a entidades que pueden generar sus propios recursos.
El SFE presta servicios como los análisis de laboratorio, tanto para importaciones como exportaciones de productos de origen vegetal, lo cual le genera, incluso, un superávit, explicó ayer la funcionaria.
Actualmente, el SFE tiene un superávit acumulado cercano a los ¢11.000 millones, pero la Contraloría General de la República no permite utilizarlo para el pago de salarios. Hay un decreto que lo impide.
Sin embargo, la ministra Abraham explicó que se busca una manera para utilizar el superávit en gasto administrativo, de tal manera que se puedan liberar recursos para el rubro de salarios.
Abraham detalló que con esto se ayuda con el plan del Gobierno de reducción del gasto.
Sin embargo, en el documento los empleados del SFE dicen que es obligación del MAG hacer la transferencia para salarios. Se apoyan en pronunciamientos de la Contraloría General de la República.
En el Servicio también se afirma que el mecanismo propuesto por Abraham no es seguro; no se sabe si se puede utilizar y tampoco si la Contraloría lo va a autorizar.
Pero Abraham sostuvo ayer que al menos en la actual administración ya no se trasladará más esa partida para salarios al SFE.
Advirtió que una de las directrices de la reducción de gasto es que todas las entidades que pueden generar sus propios recursos cubran sus salarios.