Otras 8.000 hectáreas se unirán al área con irrigación en Guanacaste cuando se termine la ampliación del canal del sur, el cual tendrá 34 kilómetros más de extensión.
Esa ampliación del canal y otros 52 kilómetros de red secundaria para llevar al agua hasta las fincas tienen un costo de $15 millones.
Bernal Soto, director ejecutivo del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas Riego y Avenamiento (Senara), detalló que estas obras son parte del Programa de Gestión Integrada del Recurso Hídrico.
Ese programa total se financia con $35 millones provenientes de un empréstito del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). La inversión total es de $51 millones, pues la contrapartida nacional es de $16 millones.
El programa general incluye investigaciones en acuíferos, riego y drenaje y la ampliación del actual canal del sur del Distrito de Riego Arenal Tempisque (DRAT).
Ese distrito fue concebido desde los años setenta y ejecutado a partir de os ochenta y actualmente lleva irrigación a 27.000 hectáreas en Guanacasta.
Ventajas. El objetivo general de la irrigación en una región seca, como Guanacaste, es la transformación de la agricultura extensiva de secano hacia la agricultura intensiva con riego.
Soto explicó que en el área cubierta por las 8.000 hectáreas nuevas hay tanto fincas grandes como un asentamiento campesino del Instituto de Desarrollo Rural (Inder), conocido como Agrolajas.
Actualmente esa área se dedica prácticamente solo a pasto para ganado y con la irrigación se puede incorporar a la producción de arroz, caña, melón, acuicultura y a pastos mejorados.
En total la ampliación del canal del sur beneficiará a más de 160 familias de productores. Las grandes mejoras en los rendimientos productivos y la diversificación les permitirá finalmente incrementar sus ingresos y vivir mejor, de acuerdo con los objetivos.
Nuevas inversiones en riego no se hacían en Guanacaste desde 1994, recordó Soto.
Además, las obras aprovecharán parte de la mitad de los 1.800 millones de metros cúbicos anuales de agua que actualmente entrega el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y que ahora no se usan y se devuelven al mar.