Las plantas del Consejo Nacional de Producción (CNP) en diferentes zonas del país se usarán para evitar que se pierda una parte de la cosecha nacional de arroz, según un ofrecimiento del Gobierno.
La emergencia se presenta porque en la primera cosecha (se hacen dos al año) se sembraron 31.411 hectáreas y, de ellas, 12.431 se comienzan a cosechar esta semana. Al menos 4.231 hectáreas son de productores que no tienen firmado contratos de compra con alguna planta industrial.
Los industriales del arroz anunciaron hace algunos días que no tienen capacidad para recibir todo el grano.
Las instalaciones del CNP requieren de mantenimiento, pues casi están en desuso en algunas zonas. Por eso, se calcula que la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz) deberá invertir en ellas unos ¢200 millones para ponerlas de nuevo a funcionar.
El plan requiere de la firma de un convenio entre el CNP y Conarroz, cuyos términos aún no se han definido, explicaron ayer la viceministra de Agricultura y Ganadería (MAG), Tania López, y el vocero del sector arrocero, Agustín Navarro.
Por eso, el Gobierno, los productores, el CNP y Conarroz corren para tener primero los acuerdos de las directivas de las dos entidades y luego firmar el convenio conforme con los requerimientos de la Contraloría General de la República.
En las dos cosechas pasadas, la producción nacional de arroz también superó las expectativas y se presentaron problemas de capacidad industrial para procesarlo.
Lo legal. De acuerdo con las primeras consultas legales, el CNP puede dar las plantas a Conarroz mediante varias figuras: alquiler, alquiler con opción de compra o uso en precario serían las tres más factibles, según explicó Navarro.
El ofrecimiento del Gobierno se concretó durante una reunión, el lunes pasado, en la Casa Presidencial, con participación del ministro de la Presidencia, Carlos Ricardo Benavides, y de la ministra del MAG, Gloria Abraham.
Navarro advirtió que el sector arrocero urge una solución, pues ya se cosecha esta semana en el sur y luego se unen otras zonas, como Upala y resto de la zona norte a finales de agosto y setiembre. La cosecha en esa región se puede juntar con la del Pacífico central (Parrita y otros lugares). Finalmente, se recoge en Guanacaste, en octubre.