Tras nueve meses de negociaciones bilaterales, la junta directiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó el miércoles un convenio de contingencia que se traduce en metas macroeconómicas que nuestro país deberá cumplir en los próximos 15 meses.
Aunque la meta principal del acuerdo es lograr una drástica reducción del déficit fiscal, el programa pretende controlar el crecimiento de las tasas de interés y el aumento en el costo de la vida (inflación), e incrementar las reservas internacionales.
Así lo explicó Rebeca Grynspan, segunda vicepresidenta de la República, tras anunciar la decisión del FMI en la Casa Presidencial. Con ella estuvieron Rodrigo Bolaños, presidente ejecutivo del Banco Central, y Fernando Herrero, ministro de Hacienda.
Tales funcionarios aseveraron que los compromisos aprobados por el organismo multilateral son los mismos que se dieron a conocer desde el inicio de las conversaciones, en febrero anterior, y cuando se logró finiquitar una carta de entendimiento, en setiembre.
Es decir, un déficit del sector público de 3,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en diciembre de 1995 y del 0,5 por ciento a finales de 1996; una inflación no mayor al 18 por ciento en el presente año, y menor al 10 por ciento en 1996, y reservas monetarias por $74 millones a diciembre de 1995, y $227 millones a diciembre de 1996, entre otras metas. (Cuadro adjunto).
Medidas temporales
De acuerdo con Grynspan, estos objetivos le permitirán al país cosechar en 1996 los frutos de los sacrificios económicos que ha tenido que afrontar en 1995.
Lo anterior se reflejará --explicó-- en que la administración Figueres no recurrirá a la ejecución de medidas temporales de recaudación de ingresos, tales como incrementar los aranceles, elevar el impuesto de ventas y aumentar el precio de los combustibles.
En cuanto al costo de los hidrocarburos, Grynspan aclaró que no se trata de que estos se congelarán sino que los ajustes tarifarios se aplicarán en concordancia con la meta inflacionaria de un 10 por ciento.
Asimismo y en opinión de los funcionarios mencionados, el país seguirá por la senda de las reducciones en las tasas de interés (en aras de estimular una producción estable), el control de la inflación (un impuesto que afecta a toda la población) y el aumento de las reservas internacionales (carta de presentación ante el mundo).