Tributación usa ‘big data’ para buscar y pedir cuentas a evasores

Cruza información de CCSS, Registro Nacional y TSE para detectar anomalías

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Desde este año, la Dirección General de Tributación comenzó a utilizar la información de grandes bases de datos, conocida como big data, para detectar comportamientos inusuales o sospechosos entre los contribuyentes, sean personas o empresas.

Lo anterior lo logra mediante cruces de la información contenida en sus declaraciones tributarias e informativas con datos de sitios públicos, por ejemplo, el Registro Civil, el Registro Nacional de la Propiedad y los listados de patronos y asegurados en la Caja Costarricense de Seguro Social, entre otros.

Todo es parte de un proyecto denominado Modelo Predictivo, que consiste en la contratación de una empresa que se encarga de proveer los cruces de los datos de manera anónima y entregar los resultados a Tributación.

Por su parte, esta dependencia de Hacienda se encarga de identificar a los contribuyentes y hacer las investigaciones respectivas, en donde considere que existe un comportamiento anómalo o sospechoso.

Como resultado, personas y empresas pueden ser convocadas a rectificar o corregir sus declaraciones de impuestos y, por lo tanto, pagar sanciones que pueden ser el equivalente al 100% o 150% del monto que fue dejado de cancelar.

Fernando Rodríguez, viceministro de Ingresos en Hacienda, explicó que este proyecto lo aplicarán a tres grandes campos. El primero fue la identificación de proveedores falsos, es decir, personas o empresas que eran consignadas como vendedores de productos o servicios que no existían o no se dedicaban a esas tareas.

La segunda área de aplicación fue la identificación de personas con operaciones inusuales, que fue anunciada el pasado 7 de noviembre. Esta investigación consiste en detectar comportamientos presuntamente anómalos de profesionales registrados ante Tributación.

Entre los principales resultados de esta fase están el ocultamiento de entradas de dinero, el reporte de mayores egresos que ingresos, compra de bienes muebles e inmuebles de importante cuantía y personas que asumen que están exentas cuando en realidad tienen que tributar. Entre todos sumaron 89.723 casos solo para el 2015.

El siguiente grupo por analizar serán los importadores, detalló Rodríguez.

A la fecha, Tributación ha recibido unas 1.000 rectificaciones en la información fiscal.

Tendencias. Karla Salas, directora de Inteligencia Tributaria, explicó que con bases de datos pueden dar respuesta a preguntas básicas sobre qué actividad realizan las personas y para qué lo hacen.

Reconoció que anteriormente carecían de la capacidad tecnológica para procesar tal volumen de información, por ejemplo, cruzar los miembros de juntas directivas de sociedades con el Registro Civil ha generado que personas menores de 15 años o mayores de 90 tengan una actividad económica.

José María Oreamuno, abogado especialista en impuestos, explicó que Tributación tiene la facultad de pedir información relacionada a los hechos que generen tributos, ya sea del contribuyente o de otras partes relacionadas.

Sin embargo, esa potestad no es ilimitada, pues entran en tensión principios constitucionales de la protección a la intimidad de las personas y el de la Tributación de solicitar la información pertinente para el cobro de impuestos.

Por su parte, Ricardo Vargas y Luis Carlos Mondragón, de la firma Oller Abogados, coincidieron en que la Hacienda Pública puede solicitar cualquier información que considere trascendente, siempre y cuando, posea una justificación.

No obstante, advirtieron sobre el inconveniente cuando se hace un procesamiento a los datos y se convierten en información sensible sobre las personas, por ejemplo, saber sobre la frecuencia de sus compras de bienes ligada al salario.

Mondragón puntualizó que en el momento en que se recolecta esa información debería existir un consentimiento expreso de su propietario, pues el principio de esas bases de datos no es el análisis o fiscalización tributaria.