Reserva Federal de EE. UU. plantea serios desafíos a la zona euro

Economistas advierten de posibles salidas de capital de Europa a EE. UU.

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París

La decisión de la Reserva Federal (FED) estadounidense de subir sus tasas de interés, el 15 de diciembre, supone nuevos desafíos para la zona euro, cuyo crecimiento sigue siendo frágil.

“Se trata de un auténtico desafío”, declaró Philippe Waechter, director de Investigación en Natixis, convencido de que el Banco Central Europeo (BCE) ya había anticipado la decisión de la FED, al alargar hasta finales del 2017 su programa de compra de deuda en apoyo a la economía europea.

“El objetivo del BCE es crear una especie de colchón amortiguador para posibles choques, con el objetivo de mantener las tasas de interés muy bajas, aunque el euro se deprecie más allá de la paridad frente al dólar”, explica.

El euro cayó el jueves 15 de diciembre a su mínimo en casi 14 años ante el dólar, tras la decisión de la FED, aunque volvió a subir levemente el día siguiente.

Además, la FED dio a entender que podría volver a aumentar sus tipos de interés tres veces en el 2017, un alza más que lo que preveía hace tres meses.

“El BCE refuerza un terreno donde el ciclo estadounidense será un poco más positivo que el ciclo europeo. Se tiene que entender que estamos en ciclos diferenciados, con niveles de tasas diferentes”, añadió Waechter.

Por otro lado, el presidente electo, Donald Trump, prometió un plan de reactivación presupuestaria y grandes reducciones de impuestos, medidas que tendrán importantes efectos inflacionistas si son aplicadas tras la llegada del magnate a la Casa Blanca, a mediados de enero.

Nada de esto se aplicará en Europa, donde el BCE reconoció que no conseguiría su objetivo de una inflación de 2% en el 2019, conformándose con un 1,6%.

La perspectiva de un incremento de los tipos de interés en Europa sigue lejos, lo que acentuará la divergencia con Estados Unidos.

Esta situación podría acarrear movimientos de capitales de la zona euro hacia Estados Unidos, donde las remuneraciones son más interesantes.

“Un auténtico riesgo”, juzgó Christopher Dembik, responsable de la investigación económica en Saxo Bank, que teme “una desinversión a nivel europeo con capitales que van a dirigirse hacia Estados Unidos”, aunque estimó, en cuanto al riesgo, “que no es exacerbado”.

“Pero se tendrá que estar atento porque entramos en un periodo bastante especial, ya que nunca hasta ahora habíamos tenido un periodo tan largo, de dos a tres años, con un diferencial tan grande de política monetaria a ambos lados del Atlántico”, advirtió.

Se suma el riesgo de que el crecimiento, ya debilitado, en la zona euro, se vea penalizado por esta salida de capitales. “En nuestras proyecciones, no esperamos un crecimiento inferior en el 2017 en la zona euro al previsto este año”, manifestó Dembik.

Waechter confirma: “Habrá forzosamente ajustes que se producirán. Habrá que estar atentos”.

Para Olivier Garnier, jefe economista en Société Générale, esta situación tendría sin embargo que “ayudar al BCE y a la zona euro”.

“El año pasado, estuvimos esperando que la Fed aumentara sus tasas y como no lo hizo, el BCE se vio contrariado”, recordó.

Según él, “si el BCE necesita mantener cierta distancia con Estados Unidos, es mejor que suceda con una Fed que aumenta sus tasas y no al revés”, puesto que la institución de Fráncfort no dispone de más margen para reducir sus tipos de interés.

Para los economistas consultados, la zona euro no se encuentra en la misma situación que los países emergentes, que se verán sacudidos por la subida de las tasas estadounidenses.

“Nos veremos menos afectados porque el euro se percibe como una zona financiera bastante estable, pero los más afectados serán los (países) emergentes”, estima Waechter.