Las seis operadoras de pensiones administran recursos equivalentes al 13% del producto interno bruto (PIB) del Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias (ROPC) .
Al 31 de diciembre anterior, esas empresas tenían bajo su tutela ¢3,4 billones de las cotizaciones individuales acumuladas en un plazo de 15 años, según la Superintendencia de Pensiones (Supén).
El sistema contaba, a final del año pasado, con 2,3 millones de afiliados. Sin embargo, solo un millón de personas aportaban, de manera continua, recursos a su ahorro individual, según datos de Supén.
La información estadística muestra que el dinero ahorrado por los trabajadores está por alcanzar al de los regímenes básicos: Magisterio Nacional, Poder Judicial y el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM). Estos cerraron, al mismo periodo, con ¢3,6 billones.
El crecimiento acelerado de los fondos de las operadoras se debe a que estos, en su mayoría, solo acumulan recursos, mientras que los sistemas básicos son regímenes maduros con egresos significativos de dinero al año, explicó Édgar Robles, jerarca de la Supén.
Alejandro Solórzano, gerente de Vida Plena, detalló que las tasas reales de rendimiento de las inversiones han conseguido pensiones mayores para los beneficiarios.
“Un fondo de pensiones se constituye con los aportes de un trabajador durante toda su vida como trabajador. La vida laboral de un individuo es de aproximadamente 40 años. Inicia con una edad cercana a los 25 años y se jubila alrededor de los 65 años”, explicó Solórzano.
Mauricio Rojas, gerente de BCR Pensiones, comentó que, gradualmente, el ahorro obligatorio individual cumplirá el objetivo de ser un complemento al IVM, tal como lo dicta la Ley de Protección al Trabajador.
Dicha legislación, aprobada en el año 2000, también creó los ahorros individuales voluntarios en colones y en dólares.