Más jubilados y menor empleo redujeron las ganancias del IVM

Régimen de pensiones nunca ha estado tan mal, dice jerarca de Supén

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El aumento en el número de nuevos pensionados y la menor generación de empleo redujeron las ganancias del régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) el año pasado frente al 2011, según los estados financieros auditados de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

La información muestra que la utilidad del sistema cayó un 25% el año pasado.

El acelerado incremento de jubilaciones, casi 16.000 el año pasado según la CCSS, provocó la baja en las ganancias y la desaceleración en las reservas del IVM. Esta situación genera una menor capitalización del sistema que ocurre de forma consistente desde el 2008, según el informe ICV-2012-01 de la Superintendencia de Pensiones (Supén), publicado a comienzo de octubre, que analizó la situación financiera del régimen en 2012.

Las reservas son un fondo de dinero, administrado por la Caja, para pagar las pensiones de las personas jubiladas. Este se nutre principalmente de los aportes de los trabajadores, patrones y el Estado, así como de los intereses por las inversiones de estos mismos recursos en el sistema financiero nacional.

Buena parte del problema del IVM, en 2012, ocurrió por el crecimiento del 20% en los gastos, frente solo al 8% de los ingresos.

El IVM es un sistema de pensión, obligatorio desde 1971, en el cual cotizan los trabajadores asalariados, independientes y voluntarios. Hasta junio del 2012, el sistema tenía 190.689 pensionados. Mientras que las reservas ascendían a ¢1,7 billones a finales del año pasado, según datos de la CCSS.

Solvencia. En su informe, la Supén insistió que el IVM enfrenta una crítica sostenibilidad a futuro. Apunta que las ganancias del régimen fueron de ¢120.421 millones el año anterior.

Sin embargo, un estudio actuarial de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), del 2010, proyectaba una utilidad de ¢159.124 millones en el régimen para el año pasado. Es decir, fueron ¢38.702 millones menos, reza el documento.

“La situación financiera del IVM nunca ha sido tan mala como en este momento y sigue empeorando por la ausencia de medidas contundentes (de la Caja) que ataquen el problema de insostenibilidad actuarial”, dijo Édgar Robles, superintendente de Pensiones.

José Luis Quesada, gerente de Pensiones de la Caja, defendió la solidez del sistema.

Añadió que el IVM, al ser un régimen contributivo, depende de las condiciones de la economía del país y la mecánica de empleo.

El número de cotizantes a este sistema creció un 3,6% en los últimos dos años. Mientras que la variación interanual era de un 10% entre 2006 y 2008.

“Aunque la economía se ha ido recuperando, al igual que los ingresos de IVM, aún no se alcanzan las tasas de crecimiento de los años anteriores a la crisis” , dijo Quesada.

Los ingresos también se vieron afectados por el aumento de los trabajadores independientes. Este es un grupo de 200.000 personas que cotizan menos del salario mínimo de ley, actualmente en ¢257.219 según el Ministerio de Trabajo.

También están de los pensionados anticipados, que son personas con menos de 65 años que pueden adelantar su jubilación.

Salida. Para darle sostenibilidad al sistema, la Caja estudia aumentar la base contributiva de los trabajadores independientes, penalizar las jubilaciones anticipadas, subir la cuotas de cotización y hasta aumentar la edad para pensionarse.

“Es necesario fortalecer los ingresos, mediante recursos frescos”, dijo el Gerente de Pensiones.

Sin embargo, el economista Pablo Sauma, quien fue miembro de la Junta de Notables que analizó la situación de la CCSS el año pasado, dijo que antes de tomar una decisión debe hacerse un estudio acturial independiente y actualizado.

“La Caja se está tardando años para tomar decisiones que debieron tomarse hace tres. Las pensiones hoy no dejarán de pagarse porque hay dinero. El tema es a largo plazo”, recalcó.

La CCSS y la Supén esperan contratar a la compañía que se encargue de realizar el nuevo estudio acturial del sistema. Este consiste en un análisis de la viabilidad del sistema en el largo plazo.

Sin embargo, ambas instituciones tardaron poco más de dos años para ponerse de acuerdo para dicha evaluación.

Para el economista Ronulfo Jiménez, la Caja falla en aceptar los diagnósticos del impacto del IVM a raíz del deterioro del empleo.