El expresidente de la República, José María Figueres Olsen, planteó ayer la necesidad de lanzar en Costa Rica una nueva política de empleo, como parte de un programa en varias áreas de competitividad.
Sin ofrecer detalles de cómo hacer el plan, dijo que se debe frenar el aumento de la tasa de desempleo entre jóvenes, que pasó del 12% al 17% en una década.
Ese fue uno de cinco temas que, dijo, se deben atender con urgencia, pues el país tiene más de 10 años de “no sacar la tarea” para atraer empresas y generar puestos.
El exmandatario se refirió a esos temas en el contexto de la salida de la planta de manufactura de Intel y el cierre del centro de servicios del Bank of America, que, en conjunto, despidieron a 3.000 trabajadores.
Lo hizo para la prensa, en una videconferencia desde Washington, donde también urgió a atraer más empresas en nuevos conglomerados, a reducir el costo de la energía y a mejorar la infraestructura.
De esa manera, agregó, no solo se evitará una estampida de empresas, sino que llegará más inversión al país y se sostendrá el empleo.
Reacción. Las declaraciones de Figueres levantaron polémica. La ministra de Comercio Exterior, Anabel González, dijo que entiende que este es un momento interesante para hacer planteamientos relacionados con ese tema, pero defendió los resultados de la política costarricense para atraer inversiones.
José Rossi, presidente de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo, expresó su respeto a las declaraciones, pero alegó que “como país, no debemos desconocer los extraordinarios logros” .
La presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco), Mónica Segnini, calificó de irresponsable hablar de problemas de competitividad del país, en un contexto de salidas de empresas. Eso, aseguró, puede tener grandes implicaciones internacionales para Costa Rica.
Segnini reconoció que algunos comentarios están sustentados y tienen razón.
Cuestionado por la prensa acerca del momento para presentar sus comentarios, Figueres calificó de “majadería” las opiniones de quienes dicen que ya está en campaña política.
Lanzó un reto para que el país se comprometa a ascender, en 10 años, al lugar 25 del Índice de Competitividad Global, donde actualmente ocupa el puesto 54.