Limón. Si por la víspera se saca el día a esta ciudad le espera una semana difícil pues sus principales dirigentes sindicales tendrán que decidirse y tomar acuerdos de mucha importancia para la tranquilidad o intranquilidad comunal.
Todo esto ocurre en medio de una ciudad en la que existe una fuerte presencia de la fuerza pública, como lo reconoció el segundo comandante, José Antonio Cordero, quien admitió -incluso- contar con una red de inteligencia ya probada que hora a hora suministra informes acerca del estado de situación que impera en la zona.
Un paro de labores decretado ayer por la tarde en el edificio de los tribunales de justicia, el cual fue adoptado por los empleados como una medida de presión para exigir el pago de dos aumentos de salarios que les adeuda la administración del Poder Judicial, puede significar para Limón el inicio de una serie de acciones de protesta de insospechados resultados.
No obstante, con excepción de este movimiento, la actividad laboral en Limón ayer transcurrió normalmente, aunque ello no significa que no haya nubarrones sobre el horizonte.
El temporal puede ser provocado por dos razones: que la Federación de Trabajadores Limonenses (FETRAL) decida, de una vez por todas, incorporarse a la huelga decretada e iniciada por el Magisterio Nacional o que lo haga por la apertura de las concesiones de las estibas en los muelles, decisión gubernamental que siempre adversó y que entrará en vigencia el viernes entrante.
Anthony Daley, del Sindicato de Trabajadores de JAPDEVA y miembro de FETRAL, lejos de aportar luz al panorama, más bien contribuyó a aumentar el misterio que rodea a la poderosa Federación cuando afirmó que "las decisiones, cualesquiera que estas sean, se tomarán en el momento en que se considere más oportuno."
El dirigente sindical, no obstante, aclaró que se mantiene el apoyo al Magisterio Nacional, como también el rechazo a una apertura en las concesiones de la estiba hasta tanto el Gobierno no ofrezca opción de fuentes alternas de trabajo.
FETRAL insiste, sentenció Daley, en que la contratación directa de servicios acarreará desempleo.
Un total de siete empresas, cinco de ellas nuevas, aplicaron ante la Proveeduría de JAPDEVA, para ofrecer sus servicios de carga y descarga en los muelles de la nación.
Varios trabajadores que ayer laboraban en el muelle Alemán en la descarga de un buque roll on, roll off, le hicieron ver a La Nación sobre la posibilidad de que el viernes entrante ocurran hechos violentos en los muelles porque no están dispuestos a que "otras compañías de San José vengan a robarles el pan de sus hijos".