Empresarios dicen que asumen parte de ajustes

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A la firma Tejidos y Colores Rosario (Tecoro) le costó hacer sus prendas en mayo pasado un 20,6% más que en el mismo mes del 2010, en particular por un alto precio del algodón o de las fibras sintéticas, derivadas del petróleo.

No obstante, ese incremento no se puede reflejar en su totalidad en los precios al consumidor porque la empresa enfrenta en el mercado una fuerte competencia con prendas de diferente origen, en particular de China.

Su propietario, Rodolfo Molina, comentó que en China y otros países la industria textil recibe subsidios indirectos en instalaciones, costo de electricidad y otros. De esa manera logran enviar al mercado productos relativamente baratos.

Además, el precio actual del dólar contribuye a abaratar las importaciones, lo cual permite trasladar apenas una parte de los costos de producción en el precio a los consumidores.

Según Molina, los empresarios están preocupados por los costos de mano de obra, hidrocarburos y electricidad.

En el caso de la industria alimentaria, “la góndola donde se exhiben los productos en el supermercado prácticamente es un mercado internacional”, enfatizó Mario Montero, director ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia).

“Por ese motivo –agregó–, el empresario local no puede no transmite automáticamente el aumento de costos al mercado local sino con algún rezago”.

Según Montero, en algún momento se tiene que dar la convergencia entre el incremento de los costos de producción, medidos con el Índice de Precios al Productor Industrial (IPPI) y los precios al público, medidos con el Índice de Precios al Consumidor (IPC).

Las industria alimentaria es impactada por aumentos en las cotizaciones internacionales de trigo, maíz, soya, azúcar.

“Tenemos una crisis similar a la del 2008; los precios de estas materias primas se volvieron a disparar y la mayorías de ellas no se producen aquí”, dijo Montero.