Desafío de movilidad educativa en América Latina: altos niveles educativos sin mejoras laborales

Estudio de CAF- Banco de Desarrollo de América Latina indica que únicamente el 11% de personas con trabajos altamente complejos proviene de familias cuyos padres tenían empleos de complejidad baja

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Los países de América Latina y el Caribe han logrado avances significativos en la cobertura educativa. Actualmente, más del 95% de la población ha completado al menos la educación primaria, lo que demuestra la expansión educativa en la región desde la década de los ochenta.

Aunque el nivel educativo de las generaciones más jóvenes ha superado o igualado al de sus padres en un 58% de los casos en toda la región (46% en Costa Rica), este progreso no se traduce necesariamente en mejores oportunidades laborales para los hijos en comparación con sus progenitores.

Expansión educativa mejora

Población con mayores niveles educativos

FUENTE: Banco de Desarrollo de América Latina    || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.

Así lo indica el más reciente Reporte de Economía y Desarrollo 2022 de CAF - Banco de Desarrollo de América Latina, que señala que existe una mejora absoluta en la movilidad educativa ascendente. Sin embargo, este avance no se refleja en mejores perspectivas en los mercados laborales.

Esto sugiere que la estructura económica de la región no recompensa adecuadamente los niveles educativos más altos y concluye que los progresos en educación no han sido suficientes.

Según Dolores de la Mata, economista e investigadora del CAF, las familias de menores ingresos encuentran dificultades para mejorar su situación educativa debido a problemas estructurales que limitan su acceso a mejores oportunidades. Estas dificultades son más pronunciadas para ciertas poblaciones, como mujeres, indígenas, afrodescendientes y madres adolescentes.

De la Mata también destaca que los avances en la reducción de estas brechas estructurales se han visto obstaculizados por la coyuntura de cambio que atraviesa América Latina.

La rápida incorporación de la tecnología en el ámbito laboral ha generado nuevas demandas que algunos niveles educativos no satisfacen. La economista enfatizó que tener solo la educación secundaria completa puede resultar insuficiente para adaptarse a estos cambios.

“Estos progresos educativos se ven escasos frente a las demandas del sector productivo. Haber completado sólo la secundaria tal vez no te da las herramientas indispensables para adaptarte a ese cambio”, manifestó la investigadora.

“El progreso está pero con un cambio tecnológico que nos excede como región”

— Dolores de la Mata, investigadora CAF - Banco de Desarrollo de América Latina

Este estancamiento en la calidad del empleo entre generaciones refleja una baja movilidad en los ingresos, lo que sitúa a América Latina y el Caribe como la región con mayor persistencia en la desigualdad de ingresos a nivel mundial.

Hijos en trabajos altamente complejos

Condiciones laborales sin gran mejora

FUENTE: Banco de Desarrollo de América Latina    || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.

Esto, durante las distintas etapas de la vida, se traduce en dificultades para acceder a mejores trabajos, créditos, vivienda, entre otros, según explicó Ernesto Schargrodsky, director de investigaciones socioeconómicas de CAF.

De la Mata explicó que la transmisión de las desigualdades en el sistema educativo aparece de forma progresiva e incluso antes del ingreso de las personas a la educación formal, por lo que es necesario plantear políticas en distintas vías, tanto para el sistema educativo formal, como para las distintas etapas de la vida de la persona.

Soluciones estructurales y de corto plazo

Schargrodsky enfatizó en que es necesario alcanzar una mayor igualdad en las oportunidades en la educación formal para que las personas lleguen con mejores herramientas a un mercado laboral que se adapta constantemente.

Según el investigador, las mejoras en el sistema educativo no deben limitarse solo a ampliar la cobertura, donde cree que ya se ha logrado un gran avance, sino también en términos de calidad.

Tanto Schargrodsky como De la Mata coincidieron en que las políticas de reducción de la desigualdad deben ir más allá de la educación formal e incluir una variedad de capacidades y soluciones que permitan a las personas acceder a mejores oportunidades laborales y tomar decisiones más informadas sobre sus ingresos y activos.

De la Mata sugirió que, aunquela educación es un problema cuya solución será a largo plazo, se pueden implementar políticas de primera infancia, programas de educación financiera y soluciones para el cuidado de niños y enfocarse en la reducción del embarazo adolescente puede generar resultados positivos a corto plazo, reduciendo la desigualdad y aumentando la participación laboral de las poblaciones más vulnerables.

Finalmente, Schargrodsky resaltó la necesidad de implementar de manera más agresiva programas de pasantías o prácticas en los países de la región. Estas experiencias ayudarían a reducir la deserción escolar y mejorar los conocimientos en áreas específicas del mercado laboral, según indicó el investigador.