Empeños y compraventas se disparan en enero y febrero

Necesidad de plata para los útiles es la principal causa de esta situación

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Después de un gustazo, viene un trancazo. Este popular refrán se puede aplicar a la oleada de empeños y ventas de bienes, como joyas y electrodomésticos, que los negocios especializados reportan en los dos meses posteriores al festivo diciembre.

Representantes de las casas de empeño y compraventa Segundita de Santa Marta y La Cueva coincidieron en destacar la existencia de ese fenómeno..

Aseguraron que el incremento en las pignoraciones y ventas de artículos como pantallas planas, electrodomésticos, joyas y hasta artículos industriales tienen su principal explicación en la necesidad de la gente de tener dinero para comprar útiles y uniformes.

Renglón aparte es el caso del Banco Popular, que recibe joyas en garantía para créditos personales, informó Heiner González, coordinador de Negocios de Desarrollo de la entidad.

Detalle. Fabio Vindas, gerente general de Segundita Santa Marta (empresa con cuatro locales en la ciudad de San José), aseguró que enero y febrero son los meses “picos” en empeños.

“En diciembre todo el mundo anda con plata y es cuando más compra. Pero llegan enero y febrero y la cosa se les pone dura, y entonces muchos empeñan o venden”, manifestó Vindas.

Agregó que los artículos que más empeña la gente son pantallas, herramientas y, en menor medida, joyas. Aseveró, sin embargo, que su negocio solo acepta esos artículos cuando la persona interesada presenta facturas o comprueba que el bien es de su pertenencia.

“Yo con solo ver a los ojos a la gente me doy cuenta si lo que trae no es bien habido. Yo soy muy honrado y me gustan las cosas rectas”, proclamó el empresario.

También en el centro josefino se encuentra La Cueva. Ahí, Marcos Rojas puntualizó que los principales bienes pignorados en los primeros meses del año son oro, pantallas y computadoras personales.

En esta empresa (también con cuatro puntos de venta) exigen factura cuando “el artículo es de dudosa procedencia”, afirmó.

Tanto en La Cueva como en Segundita cuentan con personas especializadas que valoran los bienes. Además, sus representantes exigen que el artículo o la joya estén en buen estado y que la persona que desea empeñar lleve algún documento de identificación al día.

En ambas empresas dan tres meses de tiempo para que las personas retiren sus cosas. Ambas cobran un interés mensual de un 5%, siempre y cuando se trate de empeños mayores a los ¢100.000.

En cuanto a los topes de dinero, Rojas indicó que en La Cueva no los hay. “Hemos prestado hasta ¢10 millones, principalmente por el oro”, declaró.

En el caso del Banco Popular, Heiner González detalló que la institución recibe las joyas con oro y piedras preciosas para que funcionen como garantía de préstamos. “No nos las dejamos para luego venderlas”, dijo.

Esa institución sigue un protocolo especial para verificar que las joyas no son robadas. “Aplicamos la política de conozca su cliente: de dónde es, de dónde viene la joya y que presente certificaciones de ingresos. Nos cuidamos para tranquilidad nuestra y de los clientes”, explicó.