El sueldo

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Hay una serie de elementos económicos, sentimentales, de poder, ligados al sueldo.

Hablamos de sueldos cuando se trata de trabajos de cuello blanco. Se habla de salarios cuando se trata de trabajos manuales.

Sueldo es una palabra que tiene su origen en soldada , el pago que se hacía a los soldados. Salario tiene relación con la remuneración que se pagaba con sal, cuando la sal era muy preciada.

Con aritmética simple podemos expresar nuestra remuneración en kilogramos de sal, de la misma manera que de algunos ejecutivos se puede decir que ganan anualmente su peso en oro.

Según la teoría económica, el sueldo nunca alcanza pues la lista de necesidades que tenemos es infinita. Por esto, la alegría que produce un aumento de sueldo es flor de un día. El sueldo es como un recipiente; las necesidades son como un gas: si las metiésemos en un recipiente, siempre acabarían ocupando todo el espacio.

Algunos guardan celosamente la información sobre su sueldo. Sienten que ganan poco; aplican la regla de que el sueldo muestra cuánto los aprecia la empresa, y se sienten incómodos con la situación. Otros sienten que ganan más que sus compañeros que producen más, y no quieren desmotivarlos porque sí que desmotiva el no ser remunerado con justicia. A propósito, el sueldo no es un motivador: a partir de un cierto punto, más sueldo no moviliza mejor desempeño (Messi no jugaría mejor si le subiesen el sueldo, pero sí es una condición sine qua non . Si no le pagaran al menos tanto, preferiría no jugar.

Existen el sueldo bruto y el sueldo líquido, lo que nos depositan en la cuenta o llevan a la casa quienes antes no entran en la cantina. A lo que no llega a la cuenta, algunos lo llaman deducciones ; otros, rebajos ; otros, “lo que me quitan”, y en algunas regiones se habla de “lo que me capan”, expresión que tal vez muestra el dolor que les causa.