El ritmo que baila el dólar

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Si en un pasado no muy remoto llegó a decirse que en Costa Rica la flotación administrada del dólar operaba más como un sistema de tipo de cambio fijo, sin tendencia definida y con pocos sobresaltos, es momento de aguzar el oído porque ahora la música del baile suena más a minidevaluaciones.

A ritmo de bolero y como quien no quiere la cosa, el dólar comenzó a subir este 2016. Cuando el Banco Central publicó la revisión de su Programa Macroeconómico el mes pasado, el colón se había depreciado 2,1%, del 31 de diciembre al 26 de julio, es decir, que entre los abrazos con El Año Viejo y las bombas del Punto Guanacasteco aumentó de ¢537,54 a ¢548,83 por dólar (¢11,3).

Este cambio de rutina, por modesto y sutil que sea, deja en evidencia puntos en los cuales las finanzas personales están expuestas a los vaivenes cambiarios y, eso permite administrar los riesgos.

Uno de los frentes de atención más típicos son los créditos en dólares, de quienes no reciben ingresos en esa moneda. Palabras más, palabras menos, el Banco Central estima que si un grupo familiar, con un ingreso neto mensual en colones de ¢1.000.000, solicitó a inicios del 2016 un crédito de $66.723, a 20 años plazo y 8% de tasa de interés, su cuota colonizada subió de ¢300.000 en enero a ¢306.302 ,el 26 de julio.

En realidad, la cuota de ese grupo familiar, expresada en colones, ya es de ¢307.280, o incluso un poco más, porque desde que el Central presentó el anterior escenario el dólar siguió ganando pista y la devaluación ya debe rondar el 2,4%.

Tampoco hay que subestimar otros costos en dólares como la TV por cable, suscripciones a servicios de streaming para consumir música o video, servicios de transporte privado, seguros, clubes y cuotas de mantenimiento, solo para citar algunos casos. En la medida que tenga que adquirir divisas para cancelarlos, su precio también se está incrementando y, aunque sean montos pequeños, el total de la suma puede sorprender.

Como ve no está de más hacer un recuento completo de todas sus obligaciones en dólares y convertirlos a diferentes valores de tipo de cambio (carro, casa, tarjetas), en virtud de que las expectativas actuales están alineadas con una mayor devaluación para este 2016.

Por ejemplo, mientras que en enero pasado la encuesta de expectativas de variación del tipo de cabio del Banco Central calculó una devaluación promedio de 1,2% para los próximos 12 meses, en la de julio pasado el valor subió a 2,3%.

A como se ve el panorama, el baile va lento y apenas comienza.